La Fiesta del Inmigrante, un modelo que debiera inspirar a toda la Región
La Fiesta del Inmigrante, que se desarrolla durante este mes en Berisso, nació y se mantiene como justa recordación y homenaje a hombres y mujeres que llegaron desde tierras lejanas, para aportarle al país y a nuestra región su voluntad, sus costumbres y diversas culturas, hasta integrarse y permanecer como ejemplos a seguir.
Pero no sólo tiene ese valor. Porque si también debiera ponerse de relieve un mérito sobresaliente de la Fiesta del Inmigrante, sin duda que debe mencionarse que, con la actual, se cumple la 34ª edición consecutiva de un encuentro que anualmente convoca la presencia de miles de turistas y de habitantes de nuestra zona, atraídos por su calidad y colorido. Esa referencia habla, por si sola, sobre la importancia de persistir en aquello que alguna vez se empezó a impulsar.
Bien se conoce que la fiesta se integra con espectáculos artísticos, con tradiciones y comidas típicas de cada una de las veinte colectividades afincadas en Berisso, que ya están llenando de color las calles de esa ciudad. En estas horas se destaca el emotivo y simbólico desembarco que representa la llegada de los inmigrantes a Berisso, en la escollera del Puerto local. Encendido de lámparas votivas, misas, bailes, condecoraciones a los inmigrantes con más antigua residencia, presentación y elección de la reinas de cada comunidad y como cierre el tradicional desfile de clausura, volverán a caracterizar a esta celebración.
Pero es preciso insistir en que buena parte de su éxito responde a la continuidad que ha logrado sostener durante más de tres décadas, superando seguramente muchas épocas difíciles y otras tantas circunstancias críticas. La obstinación demostrada por los organizadores de la fiesta resulta auspiciosa y, desde luego, no debería desaprovecharse un ejemplo tan claro y un modelo tan elocuente.
La Fiesta del Inmigrante cuenta, por lo pronto, con el valor capital de que sus organizadores conocen perfectamente cuál es la identidad del objeto que buscan mostrar y en que, además, han logrado coincidir en cómo debe instrumentarse esa exhibición. Y eso mismo es lo que debiera lograrse para brindar un mejor servicio relacionado a los tantos y tan ricos patrimonios turísticos con que dispone nuestra región.
La existencia de planes estratégicos comunes, que prevean inclusive el respaldo que los organismos públicos municipales y provincial, así como del sector privado, debería ser considerada como una prioridad.
Sería deseable entonces que, en este caso, una realidad plasmada cabalmente como lo es la Fiesta del Inmigrante, actúe como disparadora de políticas regionales que sepan aprovechar los evidentes recursos naturales -sean ellos recreativos, turísticos o culturales- que dispone nuestra zona, pero que, inexplicablemente, desaprovecha o lo hace muy parcialmente. Los especialistas en esta materia insisten en que, para que estos encuentros resulten exitosos, lo principal es contar con una idea fuerza que los justifique, con imaginación para volverlos atractivos y, sobre todo, con mucha voluntad para sostenerlos a lo largo de los años.