La favela argentina: la Villa 31
Ubicada en Retiro, con construcciones que llegan a los siete pisos, esconde un negocio inmobiliario que crece.
Las construcciones realizadas a lo alto en el lugar, hechas de manera irregular, son un peligro inminente tanto para las personas que las habitan como para quienes por allí transitan, debido a la posibilidad de derrumbe por su creciente altura.
Detrás de estos edificios hay un inmenso negocio en negro. Los materiales para la construcción son introducidos en la villa a través de carritos y changos. Generalmente son extranjeros quienes se encargan de llevar adelante dichas edificaciones.
Las más altas pueden tener hasta siete pisos. Una vez terminados los edificios, dejan a un encargado para que cuide el lugar, alquilan los departamentos y se vuelven a su país de origen.
Dicho encargado se ocupa de cuidar el lugar y asegurarse de que los inquilinos paguen así se arma el negocio.
"Hay edificios hasta de siete pisos. El gobierno de la Ciudad no tiene control, para mí hay un arreglo para que entren carritos con materiales y vienen a construir y lo alquilan. Es un negocio inmobiliario en negro", explica Jorge González, vecino.
Luego cuenta, para tener una idea, que el alquiler de una habitación con un baño, como barato, puede costar unos 1.500 pesos.