La ex de Feinmann y Berganza: "Nunca le voy a perdonar a Gastón que haya matado a Diego"
Su actual pareja en ese momento mató a su ex. Dice que el empresario le echaba la culpa del crimen y la maltrataba.
Una frase resonó en el amplio e impecable semipiso de Vicente López, ubicado a metros del Río de la Plata, dejando atrás 28 meses de silencio. "Nunca le voy a perdonar a Gastón que haya matado a Diego, nunca le voy a perdonar lo que hizo".
María Laura Alayón no se animaba a hablar de lo ocurrido aquel 20 de noviembre de 2015 cuando Gastón Berganza (36), su pareja de entonces, asesinó a tiros a Diego Feinmann (33), su ex, frente a su hija menor. Mucho menos de cómo la había acosado, difamado y humillado la víctima antes de esa fatídica noche; ni del maltrato que sufrió de parte del empresario después del homicidio, y que fue el fin de la relación. Ni de sus sentimientos.
Algo cambió en María Laura (42) tras testificar ante el tribunal que el viernes 16 de marzo condenó a Berganza y lo mandó a dormir a la cárcel. "Ya hablé ante la Justicia y ahora quiero contar lo que viví y lo que siento, mi verdad", fue el mensaje que envió esta mujer y madre de dos hijos cuando decidió recibir a Clarín en su casa, horas antes de conocerse el fallo que hallaba culpable al empresario.
Luego, con su ex preso en la comisaría 1° de San Isidro, nada cambió para ella. Había dicho todo lo que tenía para decir. Sí le impactó que la fiscal haya pedido al Tribunal Oral Criminal N° 5 que extraiga su declaración para abrir una causa por falso testimonio y escribió: "Hoy escuché que una solución que prioriza la muerte de alguien no es una solución justa, y estoy convencida de ello. Ojalá (Berganza) pague por lo que hizo".
Horas antes, el ascensor frenó en el palier privado del departamento de María Laura y ella abrió las puertas también de su vida. Su hija menor salió en ese mismo instante junto a una amiga a jugar al parque; su hijo mayor aparecía retratado en la pared que divide el living de la cocina: es piloto de carreras, como su papá. En el medio, Sofía, la caniche color caramelo, saltaba y revolucionaba el clima.
Y ya desde la primera pregunta, la angustia le cortó la voz: "Estoy mal. Lloro todos los días". Y se quebró. "Después del juicio siento que tomé conciencia de todo lo de Diego y no paro de llorar. Sé que no fue mi culpa, pero es como que estoy en el medio: Gastón estaba conmigo en ese momento y él lo fue a atacar", relató.
Gastón
La relación de María Laura y Berganza finalizó en enero de 2017, pero estaba muerta mucho antes. Tras el crimen de Feinmann, el empresario estuvo detenido sólo 34 días y cuando salió se mudó con su pareja porque se le había vencido el alquiler en Nordelta, donde solía vivir. "Gastón me echaba la culpa de lo que había hecho, de haber estado preso. Y así fue todo el tiempo que vivió en mi casa. Pensé que tenía razón, me sentí culpable por mucho tiempo hasta que me di cuenta de que yo no disparé", soltó.
Pero no fue lo único que dijo del millonario: "Tiene que hacerse cargo de sus actos. Yo no hubiese disparado nunca, porque no andaría armada. Si hubiera sabido que era Diego, me hubiese ido en el auto, chocándolo o como sea, como lo hice todas las veces que vino a atacarme y estaba sola. Y si hubiera sido un delincuente, como él dice que pensó, le hubiese entregado el auto, la plata y todo lo que tenía, como también hice las dos veces que me asaltaron. Sobre todo porque estaba con mi hija y ella quedó muy mal".
La mujer repitió lo que testificó ante los jueces: "No sabía que tenía el arma en el auto. No lo hubiese dejado, menos con mi hija ahí". Su nena debió ir a terapia tras el crimen de Feinmann y María Laura.
"Sigue con miedo. Se sube al auto y levanta el vidrio, traba la puerta, aparece una moto y se asusta. Quedó mal. Primero porque ella pensó que Diego nos había ido a lastimar, y después, por lo que pasó con Gastón cuando vivió acá: me decía que mi casa era una pocilga y le molestaba todo lo que hacía ella, que es una nena re alegre. Una vez, me contaba de unas amiguitas y él le dijo: '¿Te podés callar, por favor, que me estás aturdiendo?'. Y esa fue la última vez que la maltrató. Ahí nos separamos", contó.
María Laura estuvo pendiente del curso del juicio, pero algo le hizo un clic con el informe oficial de la pericia psicológica que describía el perfil de Berganza como el de una persona narcisista, egocéntrica e impulsiva: "Es tal cual. Creo que a él no le importó mi nena, ni la mamá ni yo. Fue él el que decidió apretar el gatillo. Podría haber hecho otra cosa... Ya en el momento de ir armado no pensó en nadie. Hoy, después de más de dos años, me entra la duda si sabía o no que era Diego".
Berganza vio los videos sexuales donde estás con Feinmann?
"Le pedí que no viera los videos sexuales donde estoy con Feinnmann. Me daba vergüenza, pero vio fotos y hablaron por teléfono. Una noche, durante una cena con amigos, Diego llamaba y llamaba, y Gastón me pidió el celular para atenderlo".
"'Laura se está bañando, habla el novio'", le contestó sólo para hacerlo enojar. "Después de la muerte, me confesó que le avisó que nos íbamos de viaje a Dubai para fin de año y que Diego le respondió que iba a hacer cualquier cosa para que no lo hiciéramos. Es como que le gustaba cancherear y ponerlo más loco". "Feinnmann fue a cagarlo a trompadas esa noche, a Pilar".
Diego
La alianza de oro es finita. Pertenecía a su mamá, que falleció hace ocho años. Ya la tuvieron sus tres hermanas mayores, que se la fueron pasando a medida que se casaban. Ahora está en el dedo anular de María Laura, la menor de la saga y la anteúltima de los siete hermanos. La frotó insistentemente para descargar los nervios cuando estuvo ante los jueces, y también cuando se refirió a cómo le dolió la actitud de Berganza, tanto como la locura de Feinmann.
"Gastón nunca le pidió disculpas a la madre de Diego, no se arrepintió. Él no piensa en los otros, le importa él y nada más", expresó entre lágrimas, y siguió: "No sé si Diego hubiese sido capaz de hacerme mal, pero yo no podía manejar el miedo que me daba verlo fuera de sí, que no era la persona con la que había estado un año y medio".
"Sí, estuve enamorada de Diego los primeros siete meses de la relación no nos peleamos nunca, fueron hermosos, se mudó enfrente de mi casa para aprovechar el tiempo que tenía libre, porque para mí lo primero son mis hijos y él lo re entendió. Pero un día le llegó un mensaje de una chica, yo me enojé y ahí...".
Y ahí comenzó el caos. Y María Laura dejó de ver a Feinmann como lo había visto hasta entonces: "Re bondadoso, te daba todo. Amaba a mis hijos, les compraba regalos, los llevaba a pasear, los mimaba. Era un nene más. Hoy lloro por ese ser tan bueno que estuvo en mi vida. Más allá del infierno que me hizo vivir, que me dolió, entendí que estaba enfermo... No se merecía terminar así.
"Cuando estaba dada vuelta y comencé a escuchar los tiros. Pensé que venían de afuera, creí que le había disparado a Gastón. Fue todo tan rápido que no me di cuenta de nada. En cuanto salimos lo miré, tenía el arma en el regazo y la ventanilla rota, pero no estaba herido. Le dije: '¿Qué hiciste?'. No entendía lo que había pasado. Sólo escuché el 'bajate, cagón', pero no le reconocí la voz ni lo vi. Ojalá lo hubiese visto, me culpo de eso, porque lo hubiese parado".
"No, no fui al cementerio. Me lo debo, pero la verdad es que no quiero encontrarme con la mamá, que tiene todo el derecho de odiarme, porque era su hijo".
(Fuente:Clarín)