La ética en la prestación de los servicios turísticos
*Por Antonio Torrejón. Crece la preocupación en la Organización Mundial del Turismo por las nuevas conductas, aptitudes; en síntesis, la ética que debe crecer en la prestación de los servicios turísticos.
La Argentina ocupa una de las dos (2) responsabilidades en el Capítulo de las Américas, para el seguimiento de lo que debe ser su evolución.
Objetivo: posicionar el Código Ético Mundial del Turismo como componente transversal en las acciones de la política y de la actividad turística de la ciudad. El estudio de quién resulta y quién debe resultar beneficiado o perjudicado por una acción en particular se denomina ética.
¿Cómo se lleva a cabo?: divulgación entre diferentes actores del sector turístico en el país.
Realizar acciones que faciliten la comprensión de este principio, entre los miembros del sector turístico, para aportar a la consolidación de la actividad para que la Argentina sea un destino con demanda sostenible y responsable.
Publicaciones: Código Ético Mundial del Turismo de la Organización Mundial de Turismo OMT.
En un plano superficial es relativamente fácil juzgar si una práctica empresarial es correcta e incorrecta en términos de ética. Lo complejo, en particular cuando las normas convencionales no son aplicadas, consiste en comprender los conceptos y las técnicas de la toma de decisiones éticas para poder establecer juicios de orden moral más adecuados.
Desde el punto de vista meramente filosófico, la ética es la ciencia que estudia las actuaciones humanas en cuanto se relacionan con los fines que determinan su rectitud. En general, toda ética pretende determinar una conducta ideal del hombre. Desde la perspectiva de la ética especial o de ontología que trata de los deberes que se imponen al hombre según los distintos aspectos o campos en que se desarrolla su vida, es donde podemos ubicar su importancia en el desarrollo del ejercicio profesional de la administración de personal.
Así las cosas, las normas éticas y morales sobrepasan las prohibiciones de la ley y el lenguaje de "no debes", e incluyen las cuestiones del deber y el lenguaje de "se debe y no se debe hacer". La ética se refiere al deber humano y a los principios en los que se apoyan estas obligaciones.
Todas las empresas turísticas tienen una obligación ética para con la competencia, comunidad, Estado y, por supuesto, para con el cliente. Pero no sólo en términos de normas y deberes como reglas, sino en términos de valores: la libertad, la igualdad, la solidaridad, el respeto activo y el diálogo. La administración de personal turístico debe propender por la generación de tres elementos éticos fundamentales que permitan el desarrollo de los valores: la ética de la responsabilidad, la que es hacia el interés de todos y la ética de la organización.
Es decir, la administración de personal debe propender hacia la consolidación de una empresa ética basada en estos elementos: una cultura corporativa sólida (valores construidos colectivamente), el talento humano como capital principal de la empresa, la calidad como aspiración fundamental, la combinación de la búsqueda de bienes tangibles (materiales) e intangibles (armonía, cooperación, ausencia de conflictos, cordialidad), preocupación por los clientes, trabajadores y los competidores, en el marco de sus actuaciones, asumir la responsabilidad social por las acciones de la empresa, ejercer una dirección basada en los valores y el predominio de un contrato moral de la empresa con sus integrantes, más allá del contrato legal.