La estrategia de La Cámpora para quedarse en el poder gane quién gane
El movimiento de jóvenes militantes se está acercando a los distintos candidatos políticos con un plan de mantenerse hasta 2019.
La Cámpora se ha caracterizado por ser el brazo joven del kirchnerismo y su más acérrimo defensor. Desde su origen, en 2003, su poder y nivel de exposición se fue incrementando en tanto se asentaba el Gobierno. En esta previa electoral para definir el futuro presidente, algunos de sus integrantes se acercaron a los distintos candidatos para obtener más lugares y asegurar la vuelta de Cristina en 2019.
El movimiento de jóvenes militantes creció exponencialmente de la mano de Máximo Kirchner y así se obtuvieron numerosos cargos en el Estado y en empresas.
Como es sabido, las negociaciones en el plano de la política no son fáciles, sobre todo si de cargos políticos y armado de listas se habla. Los acercamientos con Daniel Scioli y Florencio Randazzo se dan de un tiempo a esta parte. Un grupo de La Cámpora apoya a Scioli, entre ellos están: Eduardo "Wado" De Pedro, Mariano Recalde, Julián Álvarez y Ottavis. Por otro lado, el jefe formal de La Cámpora, Andrés Larroque, se posicionó cerca de Randazzo, según informa el diario La Nación.
Además de las presidenciales, se busca influir en la elección que determinará el futuro gobernador de la provincia de Buenos Aires, aspirando a elegir al vice de las tres fórmulas que presentará el Frente para la Victoria. Los candidatos son: Julián Domínguez, Aníbal Fernández y Fernando Espinoza, a los que se trata de adosar un compañero de campaña a cada uno.
Máximo Kirchner, con el consentimiento de Cristina, también habilitó el acuerdo de La Cámpora con los intendentes de distritos como Mercedes, La Plata o Mar del Plata. Todos ellos tienen un fuerte predominio del Partido Justicialista y ningún camporista abrirá listas para dividir el peso del partido en el caudal de votos; pero sí ganarán puestos en las bancas locales.
Las aspiraciones máximas son conseguir "ubicar" la mayor cantidad de militantes en el ámbito formal del futuro gobierno. Así se podrían mantener cargos dentro del Poder Ejecutivo, fortalecer su posición en el Congreso Nacional, lograr mayor poderío con vicegobernadores propios y consolidarse en las principales legislaturas provinciales. El fin último del plan es poder mantener la estructura para asegurar la vuelta de Cristina Kirchner en 2019, año donde volverán a realizarse elecciones nacionales.