La escultura del cementerio que se enciende en luna llena
Se ilumina por las noches, especialmente, de luna llena. No es milagro divino, ni brujería.
El premiado escultor Pedro Zonza Briano nació en 1866 en La Boca. Una de sus obras más increíbles y también criticadas figura en casi todos los libros de arte funerario del mundo. Se trata de “El Redentor” o “Cristo Central”, que está ubicado en un cementerio formal que contiene otro cementerio oculto.
Efectivamente, esta obra está ubicada en el centro exacto de lo que fue el viejo Cementerio del Norte -hoy de la Recoleta- y justo encima de una fosa común en la cual se depositaban los cuerpos de negros, esclavos e indigentes.
Dicho sea de paso, hay muchas fosas de este tipo en Buenos Aires, incluso una está en una plaza donde arriba funciona una calesita en la que giran y giran felices los niños estirando la mano para agarrar la sortija. Pero ese es tema para otra nota.
Volviendo a la fascinante escultura de bronce que nos convoca, no se puede pasar por alto que se trata, cuanto menos, de una osada excepción pues no sigue precisamente los cánones tradicionales.
El Redentor es un cristo anciano y, según la fe cristiana, Jesucristo murió a los 33 años.
Hasta ahora, tenemos la primera representación de un Cristo viejo emplazado en un cementerio que encierra otro cementerio. Muy bien, pero no es todo.
Lo más llamativo es que se ilumina naturalmente por las noches, especialmente, de luna llena (como anoche).
No es milagro divino, ni brujería.
Es que Zonza Briano -quien era llamado el “Rodin argentino”- se especializó en la refracción de la luz de la luna y esculpió esta obra de tal forma que parece encenderse cuando el cementerio queda silencioso y vacío. Supersticiosos, abstenerse.
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