La economía de Pérez
Por Mario Fiore. El gobernador electo buscará financiamiento internacional, mejorar la recaudación y ayuda "extra" de la Nación. Tendrá plata, pero se irá casi toda en gastos corrientes.
Apoyado en un grupo de jóvenes técnicos y de reconocidos expertos en políticas públicas -tanto mendocinos como foráneos- Francisco "Paco" Pérez diseña las principales medidas que tomará ni bien asuma como gobernador. El miércoles, en Buenos Aires, Pérez se reunió con el más encumbrado asesor y operador político que tiene el mandatario electo, Diego Bossio. Fue en la sede de la Fundación Gestar, una institución creada por los gobernadores peronistas K que está presidida por el joven titular de la Anses.
La reunión -de la que también participó Mauricio Mazzón, otro de los jóvenes que influye sobre Pérez- tuvo dos temas centrales: cómo mejorar la recaudación provincial y cómo adaptar Mendoza a los requisitos de los programas de financiamiento internacional de organismos multilaterales de crédito, en plena crisis de las economías europeas.
Pérez sabe que tiene por delante un enorme desafío en materia económica ya que gobernará una provincia con un Presupuesto de 10 mil millones de pesos pero que tendrá entre 700 y 800 millones de pesos de déficit. Habrá plata, pero el grueso se irá en gastos corrientes y la prometida transformación necesitará de recursos extra.
Pérez está convencido de que deberá sacar provecho a las posibilidades que Mendoza tiene por sí misma y, al mismo tiempo, deberá tratar de mantener un "romance" con la Casa Rosada para lograr asistencia extraordinaria.
"Cristina deberá ayudarnos", dicen cerca del entorno del gobernador electo. Por eso se espera a ver qué rumbo tomará la Presidenta con su segundo gobierno y, básicamente, quiénes serán los jugadores de su nuevo gabinete.
La esperanza es que Bossio, quien suele articular con el vicepresidente electo Amado Boudou, cobre aún más protagonismo del que hoy tiene. "Es increíble todo lo que ha crecido", dice Pérez sobre su aliado, a quien conoció cuando el joven economista se desempeñó en Mendoza como funcionario de Celso Jaque entre 2007 y 2009.
Resentido por las peleas con el círculo áulico del malargüino, Bossio hizo las valijas y regresó a Capital Federal para casarse con una leal asistente de la Presidenta, Valeria Loira. Fue director por el Estado en el Banco Hipotecario y rápidamente recaló en una de las principales cajas del Tesoro nacional: la Anses.
Por ahora, el ex ministro de Infraestructura estudia un ambicioso plan para dar más dinamismo y robustez a la actividad económica de la provincia. "Con el perfil económico que tiene Mendoza, con un sector privado muy fuerte, debería tener muchos mejores resultados", dicen cerca del próximo mandatario.
En un contacto con este diario, el miércoles pasado, Pérez planteó su objetivo para 2012: realizar una profunda reforma fiscal y tributaria, algo que no sucede desde hace décadas en la Provincia. En principio, esto significa modificar los tributos provinciales y los sectores que estos gravan. "No se puede creer la cantidad de exenciones y tasas cero que hay", rezongan los laderos de Pérez.
El mandatario electo tomó contacto con expertos que asesoraron al mandatario bonaerense Daniel Scioli en la reforma del organismo recaudador de la principal provincia del país. "ARBA (la agencia de recaudación de Buenos Aires) se profesionalizó y logró resultados excelentes en menos de dos años", apuntan optimistas desde el entorno de Pérez, quien planea hacer grandes saltos cualitativos y cuantitativos en la Dirección de Rentas.
Hoy, Mendoza está cuarta entre los distritos con mejor recaudación si se comparan los primeros nueve meses de este año y el mismo período del año pasado, según el informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), pero el gasto público es tan monumental que el rojo del 7 u 8% anual amenaza obras públicas y la calidad de los servicios públicos. Nadie, por supuesto, quiere hablar en voz alta de hacer ajustes, aunque nadie, dada esta situación, lo descarta de plano.
Pérez está disconforme con los resultados de algunas políticas llevadas adelante por el actual gobierno en materia de recaudación. Por ejemplo, cree que la licitación de las áreas petroleras secundarias -una de las primeras medidas que tomó Jaque, en 2008- no dio los resultados esperados.
"Debe haber más celeridad y eso es responsabilidad del Estado y del sector privado. Necesitamos más inversión para poder extraer crudo. El objetivo es que haya más actividad económica en Mendoza", opinó quien el 9 de diciembre ocupará el sillón de San Martín. Agregó: "Hay que fijar una nueva política hidrocarburífera y ser más estricto en los controles para poder tener más regalías".
También está en la mira de Pérez salir a buscar financiamiento internacional. El pasado miércoles, en Gestar, tomó conocimiento de los principales programas de créditos que hay en organismos multilaterales como el BID, el BIRF y el Banco Mundial, de quienes dependen buena parte de los programas de obras públicas que se ejecutan en la provincia. La idea es ir por más, adaptándose rápidamente a las exigencias de estos organismos como ya lo han hecho otras provincias.
Un tercer objetivo dependerá de la relación que Pérez logre entablar con la Nación. Como publicó hace dos días Los Andes, el Gobierno en retirada de Jaque espera que la nueva administración logre convencer a Cristina Fernández de incluir a Mendoza en el Programa de Sustentabilidad de las Finanzas Públicas Provinciales para conseguir un nuevo respiro en el pago de sus deudas que, como las de casi todos los Estados sub-nacionales, son mayoritariamente con el Tesoro nacional.
Pérez no se puede sacar de la cabeza que desde enero deberá volver a pagar intereses a la Nación y la primera cuota del plan de Desendeudamiento de las Provincias Argentinas que Cristina Fernández y los gobernadores rubricaron a principios de 2010, el cual contemplaba 18 meses de gracia que ahora culminan.
"Hay mucho por hacer y sólo con lo que tenemos podemos tener mejores resultados", admitió Pérez en una charla con este diario. No se trata de "la economía que viene", sino de reaccionar a tiempo para que el presente no se mimetice con el pasado reciente.