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La durísima revelación de "El Pepo": "Vuelvo al momento del accidente casi todas las noches"

El músico dio una entrevista y reconoció que iba tomando alcohol, pero no a 139 kilómetros por hora la noche en que murieron dos personas viajaban en la camioneta que conducía. 

Rubén Darío “El Pepo” Castiñeira brindó una entrevista por primera vez luego del trágico accidente que protagonizó el 20 de julio pasado cuando volcó con la camioneta Honda CRV que conducía el cantante la noche del 20 de julio de 2019 en la ruta 63, en Dolores y le costo la vida a Nicolás Carabajal e Ignacio Abosaleh, que iban en el asiento trasero.

Está en su casa de Santos Lugares, convertida en prisión domiciliaria según ordenó el juez de Garantías Juan Cristian Gasquet y confirmó el jueves 2 de enero la Cámara de Apelaciones de Dolores. Ahora, los barrotes de su cárcel son la tobillera que lleva en su pierna derecha. En la izquierda sería imposible colocarla: aún luce un yeso por la fractura que sufrió jugando al fútbol en el penal de Melchor Romero y le operaron en el Sanatorio de La Trinidad. Allí esperará el juicio oral donde se dirimirá su suerte: la carátula indica “homicidio culposo doblemente agravado”.

El Pepo se sienta en la cocina, baja el volumen de la tele donde hasta hace un momento miraba TyC Sports y se ceba un mate. Está vestido de Racing desde la gorra hasta las medias, y en el ambiente flota un inequívoco aroma a gatos: dos bolsas de piedritas y el propio dueño de casa lo confirman. Tiene seis y a uno, dice, “lo mató un auto la semana pasada”. Justo antes de empezar la primera entrevista que brinda desde el trágico accidente llega su mujer, Josefina Cúneo, La Pepa, que se sienta a un costado. “Volver a casa fue lindo por un montón de factores -comienza el músico-. Por estar con la conciencia tranquila y pensar por lo que pasé para encarar un nuevo camino en mi vida. Fue muy feo lo que sucedió, y me hizo tomar cosas en cuenta”.

Reconoce "haber sido tan débil en un montón de situaciones, no haber escuchado a la gente que quiere lo mejor para mi desde siempre, elegir caminos equivocados. Por darle cabida a cosas que me hacen mal, por dejar puertas abiertas. Este regreso aliviado a mi casa me encuentra con la posiblidad de encarar un tratamiento acorde a mi enfermedad, porque soy consciente que tengo una enfermedad. Si bien la peleo desde hace muchos año,s no soy constante y eso me lleva a recaer".

Asegura que eligió ese camino por "las malas elecciones que uno hace en la vida, poniendo en primer lugar a gente que me influencia mal. No digo que tengan malas intenciones, pero no van por el camino que yo tengo que ir" y que hoy se apoya en su "familia, mis amigos verdaderos, mis abogados Miguel Angel Pierri y Marino Alejandro Cid, que están hacendo un trabajo buenísimo para que este bien".

El Pepo afirma que con su mujer, Josefina Cúneo, "están bien". "Gracias a Dios bien. Ya tuvimos la primera charla con el sociólogo del tratamiento que voy a seguir, tengo charlas constantes con mi perito psiquiatra Enrique De Rosa, el cual también es parte del equipo de la defensa, y quien me tranquiliza", detalla. Al ser consultado por Infobae si otro abogado que lo asesora (Walter Cormace) explica: "No. Me vi sorprendido por su irrupción en mi casa, en un estado medio nervioso. En ese momento no nos dimos cuenta del plan que tenía esta persona, que fue apartada de la causa por el juez Gasquet por no tener matricula de abogado en la provincia de Buenos Aires. Y me vi obligado a hacer un video, donde me pedía afanosamente regresar a la causa. Cuando se fue no nos dimos cuenta con Josefina lo que habia hecho, que habia logrado su cometido. Despues nos sentimos dos boludos, no me cayó para nada bien la intención de esa persona".

-¿Esperabas la decisión de la Cámara de Dolores?

-Creo que es acertada desde el punto de vista legal. Yo, como cualquier ciudadano que sufre un accidente, puedo gozar de los beneficios del arresto domiciliario, de la morigeración de la preventiva en mi casa, por una cuestión que me encuentro a derecho. No hay entorpecimiento de causa, no hay peligro de fuga, cosa que constantemente el abogado querellante (Marcelo Biondi) quiso instalar, mintiendo en un montón de cosas. Yo he escuchado barbaridades que me dolían a mi.

-¿Cuáles, por ejemplo?

-Ahí te digo, pero si me dolían a mi y a mi familia, no me quiero imaginar a la familia de las víctimas. La repercusión que en ellos tenía que se instale una hipótesis de asesinato cuando yo no soy un asesino. Yo tuve un accidente fatal, feísimo para mi como también para la familia de los pibes. Se ha llegado a decir que una persona del ambiente musical pagaba 150 mil pesos por mes para que yo este en un pabellón Vip con servicio de lavandería, que comía diferente a los otros presos. Yo estaba con 32 personas en un pabellón donde no había agua caliente, nos bañabamos con agua fría. No teníamos televisor. En algunas celdas vivían de a tres, cuando son de a dos o de a uno. No tenia ningún privilegio. Y constantemente se instalaba eso, los privilegios del Pepo. Yo no tuve ninguno, sufrí mucho a lo que pasó. Así que la decisión de la Cámara es justa.

-Vos ya estuviste preso en otras oportunidades. ¿Qué fue distinto esta vez?

-Que fue un accidente, que no tuve intencion de cometer el delito, del incidente que estamos hablando. Yo, en la anterior causa, tuve la intencion de salir a cometer el delito (N. de la R: estuvo preso por robo). Esta vez no. No salgo a la calle a matar gente ni a matarme yo. Y en las pericias figura que soy una persona imputable, que no tengo las facultades alteradas como para salir a hacer cualquier cosa por la calle.

-Los familiares de las victimas, de los músicos que te acompañaban...

-(Interrumpe) Uno era músico. El otro era un amigo...

-Perdón, ¿tu representante?

-No. Ni representante ni manager. Mi presentantes eran Reinaldo Lio y Alan Savini, y mi manager era Carlos Mantilla, “Lalo”. Nacho era un amigo que venia conmigo a los shows, a veces me hacia un par de favores, me daba una mano, pero no era músico, no era manager. Era una persona que me acompañaba gran parte de la semana, y yo lo apreciaba, lo apreciaba mucho, trataba de ayudarlo en lo que era su vida, él no tenia trabajo y yo intentaba darle una mano. Nico sí era músico. Si bien estaba desde el primer momento, a veces dejaba por cuestiones personales, pero siempre tuvo su lugar.

-Las mujeres de ambos se quejaron por tu prisión domiciliaria.

-Es entendible que se manifiesten asi por su dolor, y también por la pérdida. Y yo también hago alusión a ese modo de dirigirse hacia mi persona y mi familia por el mal consejo del abogado querellante: en todo momento le inculcó a las familias un asesinato, y no fue un asesinato, fue un accidente. Les tendría que haber hablado con la verdad, actuado de otra manera.

-¿Alguna vez las llamaste, o tuviste la intención de hacerlo?

-Los primeros días que yo estuve en el hospital San Roque de Dolores, al cual estoy muy agradecido por la atención que me dieron, mi mujer tuvo la intención de acercarles una ayuda, la cual fue rechazada. Fue por intermedio de conocidos que tenemos en común. Al otro día el abogado querellante utilizó eso para decir que quisimos coimear a la familia. Yo estuve siete días en el hospital para poder comprender lo que había pasado, tuve una crisis al séptimo u octavo día, no me acuerdo, pero en ese lapso hubo un acercamiento, y la idea era poder ayudar siempre a la familia. Pero bueno, recibimos la negativa y dijeron que no nos acerquemos porque no querían compartir nada con nosotros. Yo creo que el día que ellos tengan ganas, a mi me gustaría hablarles.

-¿Qué les dirías?

-Primero les pediría que alivianen su dolor, trataría de contenerlos, abrazarlos.

-¿Perdón no?

-Si, también perdón. Les pediría perdón por el hecho de ser yo el que manejaba la camioneta. Les pediría disculpas por el video que tanto salió por todos lados, el cual yo lo que manifesté, lo manifesté en un momento de shock.

-Cuando vos decir que “manejaba el pibito”.

-Si.

-¿Que te pasó ahí para decir eso? ¿Te asustaste?

-No se, no se... Lo atribuyo a un momento de shock, de no saber que decir, de verme anonadado por la situación. Eso fue a los dos segundos del accidente. Al ratito. Y me arrepiento, sí, de haber dicho eso. Me da vergüenza a mi. Me vi, y me da una mezcla de bronca, de impotencia, de dolor. Les pediría perdón por eso.

-¿Volvés mucho a esa noche?

-Llego al momento del impacto casi todas las noches.

-Contame cómo fue...

-Salimos de mi casa en Victoria, y el viaje fue con normalidad. O sea, no tuve inconvenientes para manejar por 200 y pico de kilómetros. Eso figura en la declaración de Romina Candia (la pasajera del asiento delantero derecho, que resultó herida): expresa que en ningún momento sintió temor, que no me vio manejar en forma temeraria ni en mal estado.

-¿Por qué iba ella de acompañante?

-Es amiga del barrio, de la banda. No es corista, no es novia, no es amante de nadie. Es amiga. Y había venido varias veces a ver los shows. Y si, recuerdo todo el accidente hasta el impacto.

-Candia dijo que venían tomando, o por lo menos que vos venías tomando vodka, sorbos de vodka.

-Si, se venía tomando. Lo cual no significa que yo estaba en estado deplorable, porque no tuve ningún problema hasta que se me cruzó no te puedo decir si un perro, un carpincho, algo que se me apareció en la ruta. No tuve un problema. Y paré en estaciones de servicio, en Atalaya, hablé con una persona diez minutos antes del accidente para que me indique como agarrar para el Partido de la Costa. Hablé con gente en los peajes.

-¿Había mucha niebla?

-Había tramos que había niebla, y había tramos que no. La velocidad en la ruta 2 no era fuerte, por el hecho de la niebla. Yo no podía ir por la ruta 2 a la misma velocidad que en la Panamericana, suponete.

-Pero ibas, según las pericias, a 139 kilómetros por hora.

-La pericia de Juan Beltramino (perito vial de la defensa) no fue vista.

-¿A cuánto ibas según Beltramino?

-Por el tiempo de traslado desde el punto de salida hasta el lugar del accidente, un promedio de 85 kilómetros por hora mas o menos... Había tramos que por ahí iba un poco mas fuerte, como en la Panamericana, porque lo tenía permitido y la visual era buena.

-¿Pero vos negás que ibas a 139 kilómetros, como dice la pericia oficial?

-En el momento del impacto no iba a 140 kilómetros por hora. Yo en todo momento trato de estar atento, porque trabajo en este mundo de la noche, y conozco miles de accidentes con animales que se cruzan en la ruta, con igual o peor resultado que mi accidente. Si choco un animal de frente, se mete por el vidrio. Cuando vi que se me cruzó algo tiré el volantazo, para preservarnos, porque pensé que podía ser peor impactar de frente con un animal.

-¿Y qué pasó inmediatamente después?

-Tengo recuerdo de ruidos. Por intermedio de un sitio de internet se que hay una persona que dice haberme ayudado a mi a salir. Y que yo socorrí a Romina para que salga de la camioneta, y que también era desesperado mi estado por rescatar a Nico. Yo no recuerdo, son partes que se me borran. Pero sí hay un video donde una persona dice eso.

-¿Vos lo viste?

-No, me lo comentaron.

-Pero a los dos chicos sí los viste.

-Si, si. Ahí en el accidente si. Hasta que me subieron arriba de una ambulancia y me llevaron al hospital.

-¿Qué te pasaba en ese momento por la cabeza?

-No me acuerdo, no me acuerdo.

-¿Pensás cómo va a ser el juicio oral?

-No se. La verdad es que no pensé en el juicio oral. Falta para esa etapa. Pienso en un momento doloroso para todos. Volver a recordar, pasar por todos los incidentes de la causa es doloroso.

-¿Creés que podés volver a la cárcel?

-Creo que la Justicia va a actuar como deba. Soy una persona que va a estar a disposición siempre, igual que mi defensa, y la Justicia verá en su momento qué decisión toma. Yo no pienso si voy a volver a la cárcel o no, tengo que pensar en lo que me impone la justicia hoy, mis ganas de estar bien, hacer un tratamiento para llevar adelante mi rehabilitación sobre las adicciones. Y cuando tenga que afrontar el juicio oral lo afrontaré y aceptaré la decisión de la justicia. Soy un hombre que siempre se levantó de las cosas que le pasaron. Siempre me hice cargo de las cosas que me tuve que hacer cargo y siempre di la cara. Esta no es la excepción.

-¿Comenzaste el tratamiento?

-Ayer tuve la primera charla con el director de la Fundación Delta. El sábado tengo una entrevista con la psicóloga del lugar. Tendrán contacto con mis abogados para ver cómo coordinamos todo. El juez, en su resolución, resalta tres veces la importancia del tratamiento.

-¿Vas a trasladarte o vendrán a tu casa para hacerlo?

-Eso no me corresponde a mi. Yo tengo que estar en mi casa. Por ahora será acá, pero en el futuro si tengo que concurrir yo, quedará a decisión del juez.

-Hoy tus barrotes son las tobilleras. ¿Cómo es vivir con ellas?

-En mi casa puedo hacer lo que esté a mi disposición. Solo tengo restringido consumir bebidas alcohólicas y sustancias. Cosa que no tengo ni quiero, no lo voy a hacer. Por algo encaro el tratamiento. Me dedicaré a componer, a hacer música. Tengo dos bandas, una de rock y otra de cumbia. Me hace bien. La idea es darle música a un montón de cosas que escribir. Y dejar todo en manos de Dios.

-Escribiste algo sobre lo que te está pasando.

-Sobre lo que me pasó y sobre un montón de cosas. Mi sueño, hoy, es estar en paz. Trato de buscarla en las cosas que me hacen bien, de no contaminarme, de conectarme conmigo mismo para desentrañar todo lo que me hace mal. Y leo la Biblia. Eso me da paz. La primera canción que voy a grabar la compuse sonámbulo en la cárcel, y es sobre el accidente.

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