La diplomacia de viva voz
*Por Ricardo Kirschbaum. Cristina Kirchner tiene agendado asistir el 14 de junio, día de la rendición argentina en Malvinas, a la reunión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas.
Con su presencia y su oratoria encendida, la Presidenta renovará allí el reclamo argentino de negociar con Gran Bretaña sobre la soberanía de las islas. La asistencia de Cristina en ese ámbito reforzará el mensaje.
Gran Bretaña ha dicho, otra vez, que antes que cualquier planteo está el deseo de los isleños . Estos han repetido que quieren ser británicos y que desean proseguir con el proceso de autodeterminación que ya ha comenzado, según interpretan en Malvinas . El Foreign Office insistió también que quieren hablar con Argentina de pesca y de comunicaciones, pero no de soberanía .
Pero el asunto sigue en el Comité de Descolonización por la sencilla razón de que las Malvinas son un enclave colonial . Desde 1965, cuando era embajador el radical Lucio García del Solar, las Naciones Unidas están instando a una negociación. Las conversaciones existieron hasta días antes de la guerra de 1982 , que derrumbó los progresos evidentes que se habían conseguido para afirmar la presencia argentina en el archipiélago. Y después de la reanudación de las relaciones en 1989, proceso del que participó García del Solar, se discutió sobre pesca, pero se convino no hablar de soberanía.
La embajadora Alicia Castro, al frente de la legación argentina en Londres, puso en situación difícil al canciller británico preguntándole la razón por la que Gran Bretaña "no le da una oportunidad a la paz" y se sienta a dialogar con la Argentina.
Castro aún debe presentar sus cartas credenciales ante la reina Isabel, tal como lo establece el protocolo. Su reclamo sorpresivo para las costumbres diplomáticas en Londres, fue también para hacer más evidente el rechazo británico .
La diplomacia del megáfono, empero, puede obtener una efímera autosatisfacción doméstica pero no modifica en nada la realidad política internacional.
Gran Bretaña ha dicho, otra vez, que antes que cualquier planteo está el deseo de los isleños . Estos han repetido que quieren ser británicos y que desean proseguir con el proceso de autodeterminación que ya ha comenzado, según interpretan en Malvinas . El Foreign Office insistió también que quieren hablar con Argentina de pesca y de comunicaciones, pero no de soberanía .
Pero el asunto sigue en el Comité de Descolonización por la sencilla razón de que las Malvinas son un enclave colonial . Desde 1965, cuando era embajador el radical Lucio García del Solar, las Naciones Unidas están instando a una negociación. Las conversaciones existieron hasta días antes de la guerra de 1982 , que derrumbó los progresos evidentes que se habían conseguido para afirmar la presencia argentina en el archipiélago. Y después de la reanudación de las relaciones en 1989, proceso del que participó García del Solar, se discutió sobre pesca, pero se convino no hablar de soberanía.
La embajadora Alicia Castro, al frente de la legación argentina en Londres, puso en situación difícil al canciller británico preguntándole la razón por la que Gran Bretaña "no le da una oportunidad a la paz" y se sienta a dialogar con la Argentina.
Castro aún debe presentar sus cartas credenciales ante la reina Isabel, tal como lo establece el protocolo. Su reclamo sorpresivo para las costumbres diplomáticas en Londres, fue también para hacer más evidente el rechazo británico .
La diplomacia del megáfono, empero, puede obtener una efímera autosatisfacción doméstica pero no modifica en nada la realidad política internacional.