La diferencia entre legalidad y legitimidad
Una resolución judicial que es legal y no resulta legítima en la voluntad popular, el pueblo dio su veredicto.
El jueves se produjo un cacerolazo, protestando contra la liberación de presos comunes.
Ya he explicado que estas decisiones son legales y justas. ¿Pero qué pasa? El pueblo no las tolero y creo que la intolerancia viene de la mano de una situación económica y social desastrosa.
Aunque las encuestas y los titulares de los principales diarios hablan maravillas del presidente, la calle dice otra cosa. Veo muchísima gente desorientada y preocupada por lo que pueda pasar mañana en materia económica.
Descripta la situación, y con dichos índices de aceptación del gobierno, algunos pillos, vieron la posibilidad de descomprimir la actualidad carcelaria que, en pocas palabras, representa una obra maestra del terror.
Dada la pandemia y al verse el Estado, imposibilitado de asistir a los presos, se propugnaron excarcelaciones y libertades. La enorme mayoría resoluciones legales y ampliamente justificadas.
Pero la paciencia popular dijo: “Basta de esto” y comenzaron a sonar las cacerolas.
Me hubiera gustado que sonaran las cacerolas también cuando en el Ministerio de Desarrollo Social estaban haciendo negocios con la comida de que debe llegar a los sectores más postergados, pero nada pasó.
Dije: “Bueno ahora con los barbijos vencidos que intento vender un abogado de doble apellido, muy vinculado a la política de la ciudad, y que lleva en su muñeca izquierda un reloj suizo de 250 mil dólares, pensé que iría a generar una revuelta popular”, pero otra vez me equivoqué, escuche el peor de silencios cómplices.
Pero bueno el jueves el pueblo habló y dijeron basta de libertades a presos comunes, les puedo asegurar que cualquier negociado de funcionarios públicos representa un enorme daño a toda la sociedad, pero por alguna razón ante el robo descarado al Estado, la gente lo tolera, a un morochito violento que roba a un distraído caminante en la calle, la sociedad pretende aplicarle la pena de muerte, tal vez se justifique y tal vez no, pero le aseguro que la enorme mayoría de las libertades son legales, pero no legítimas, y con poco margen para que me equivoque.
Creo que el Gobierno cada vez tiene menos margen de maniobra, por lo cual los jueces otra vez serán llamados a ser árbitros de la incompetencia de los políticos de turno…
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