La desvelada calle Corrientes se divierte
Lentejuelas, plumas y trasnoche fue el común denominador de estos cuatro cine-teatros del circuito comercial de la Avenida Corrientes durante los años locos y la década del 30. Pero detrás del telón, pasaron cosas reales que superaron la ficción. Estos son los secretos del Gran Rex, el Opera, el Tabarís y el Maipo.
Lentejuelas, plumas y trasnoche fue el común denominador de estos cuatro cine-teatros del circuito comercial de la Avenida Corrientes durante los años locos y la década del 30. Pero detrás del telón, pasaron cosas reales que superaron la ficción. Estos son los secretos del Gran Rex, el Opera, el Tabarís y el Maipo.
Tabarís – Con pasado de cabaret
Inaugurado en 1924, el Tabarís tuvo pasado de cabaret al que asistía la high society. Tenía reservados adonde los clientes podían acceder a espectáculos privados con prostitutas de lujo. Pero esta historia de damas de compañía con vestidos de satén empieza muchos antes, cuando en el lugar funcionaba el Royal Pigall –un reducto para hombres y mujeres solas que desapareció a comienzos de la década de 1920. El Tabaris tiene leyendas tan ricas como su comida. De hecho, el lema del local era: “solo hay dos casas donde se come bien, la suya y la nuestra”. Eso sí, una copa costaba el equivalente a casi medio sueldo de un empleado. Así y todo, la inflación lo obligó a cerrar sus puertas en 1963, historia de nuestro país mas repetida que un disco rayado. En 1989, el Tabarís fue comprado por el empresario Carlos Rottemberg. Fue alquilado a una iglesia evangélica y reabrió como teatro en 2006.
Opera – El futurista
Su torre telescópica y los círculos concéntricos de vidrio en los laterales no pasan desapercibidos. Mucho menos cuando se inauguró en 1936, el mismo año que se ensanchaba Corrientes y se levantaba el Obelisco. La marquesina no se queda atrás, sobre todo de noche cuando las tres grandes lámparas de garganta circulares iluminan la vereda. Todo un nuevo lenguaje cargado de signos futuristas. Allí actuaron figuras de la talla de Édith Piaf y se montaron grandes musicales de Broadway Entre las producciones mas reconocidas estuvieron La Bella y la Bestia, Los Miserables y Chicago.
Gran Rex – Un hermano del Obelisco
“Que le prohibe a mi ex ir a verme al Gran Rex”, canta Joaquín Sabina en “Dieguitos y Mafaldas”, inmortalizando así este teatro con capacidad para más de 3200 espectadores. Simple y de fachada vidriada que dialoga con la avenida, es obra de Alberto Prebisch, el polémico arquitecto tucumano contratado para hacer el Obelisco.
Maipo - Guarda con los fantasmas
Fue cuna de la Revista porteña, por su escenario pasaron artistas como Tita Merello, Zulma Faiad, Nélida Roca, Ethel Rojo, las hermanas Pons, José Marrone, Susana Giménez y Moria Casán. Pero hay otros dos personajes que adquirieron mucha fama (post mortem). Son Cáceres y Radrizzani. El primero era un maquinista que se ahorcó al saber que padecía una terrible enfermedad y el segundo era un actor que murió durante el incendio del Maipo ocurrido en septiembre de 1943. Ambos se consagraron como célebres fantasmas de “la catedral de la Revista” después de varias apariciones. Fue Norma Aleandro quien en un programa de Mirtha Legrand aseguró que Alfredo Alcón mantuvo una charla con Cáceres después de su deceso. Según la actriz, Radrizzani es otra entidad que “se mueve como pancho por su teatro”.
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