La desgarradora historia de la cantante Johana Rodríguez: “Si la muerte de mi hijo no me mató, no me mata nada”
La popular artista peruana estaba embarazada de ocho meses y recibió la peor noticia de su vida.
Johana Rodríguez, la cantante peruana y ex integrante de la banda Viru Kumbieron, estremeció a todos este sábado en el programa "Podemos Hablar", que conduce Andy Kusnetzoff, cuando habló de la pérdida de su bebé cuando estaba embarazada de ocho meses.
"Junior se llamaba mi hijo... se llama, porque para mí todavía no se fue", dijo antes contar la desgarradora historia.
Johana Rodríguez, que saltó a la fama tras colaborar en una canción con Pablo Lescano, también reveló que dos semanas antes que supiera la muerte de su hijo, había soñado que "caminaba en el mar de mi país con un cajón blanco en las manos".
Ese sueño había sido una premonición. Es que, cuando fue a hacerse una ecografía, el ecógrafo le dijo 'pará, vamos de nuevo'. Ella estaba sola en ese momento, porque Gastón -ahora ex pareja- había ido a sacar plata de un cajero. Cuando repitió el estudio, el doctor le dijo: "Mirá, mamá, hace aproximadamente 72 horas que el corazón de tu bebé dejó de latir".
"Pero yo dos días atrás había ido al médico a que me chequee y me dijo que el parto se me iba a adelantar porque el bebé estaba en posición. Pero, cosas del destino, no me hizo el monitoreo, no sintió el corazón de mi hijo, y capaz si me hubiesen hecho una cesárea mi hijo hubiera estado vivo", dijo.
"Cuando fui al hospital me dijeron 'no hay cama, tenés que regresar a tu casa, contale a tu familia lo que pasó'. Y yo les dije 'no, solamente quiero dar a luz'", relató.
"Entré a las ocho, me dieron una cama cerca de donde estaban dando a luz todas las mamás. Imaginate el trauma mío... me indujeron el parto a las cuatro de la madrugada, y yo di a luz a las nueve y cuarto de la mañana", continuó.
"Yo decía 'no puedo más, por favor'. Movía la panza y decía 'hijito movete, por favor, movete'", dijo. Finalmente, cuando dio a luz, tomó a su hijo en brazos, con el padre a su lado. "Las enfermeras se pusieron a llorar y mi mamá después se lo llevó, lo cambió. Me dieron permiso para enterrarlo", recordó.
Con lágrimas en los ojos, Johana Rodríguez terminó su relato con un mensaje que habla de su fortaleza: "Si la muerte de mi hijo no me mató, no me mata nada. No lo puedo superar, obviamente, pero lo tengo tatuado acá". Y acarició su pecho donde tiene grabado el nombre de Junior.
Dejá tu comentario