La denuncia por vender alcohol en gel adulterado que involucra a los que iniciaron el brote de covid-19 en un babyshower en Necochea
La Justicia de la ciudad bonaerense ya inició una causa por estafa tras una denuncia del Colegio de Farmacéuticos local.
La ola de contagios en Necochea ya cuenta con 23 infectados de covid-19 y hay más de 350 personas aisladas, en una ciudad que había flexibilizado su cuarentena por haber pasado 60 días sin ningún caso. Un baby shower clandestino fue el disparador y el foco principal de los contagios.
Pero detrás de ese baby shower hay otra historia: una causa por estafa. No solo se trataba de un bebé. La Justicia local sospecha que las dos personas que iniciaron los contagios vendían alcohol en gel y sanitizantes adulterados traídos desde Capital Federal y que gracias a eso se desataron las infecciones.
“En estos momentos hay dos expedientes que se llevan adelante de manera simultánea. Uno en la Justicia federal por la violación de la cuarentena que incluye a todos los participantes del baby shower y otra en la Justicia de instrucción que investiga puntualmente a dos personas”, señalan a Infobae fuentes del municipio que miran de reojo las investigaciones mientras tratan de rastrear los contactos estrechos de los contagiados.
Según una de las investigaciones, Ángel de C. un hombre de 70 años, viajó de Necochea a Buenos Aires junto a su yerno a mediados del mes pasado en un viaje corto de menos de una semana. Una vez instalados en Capital Federal, el hombre se descompuso y fue internado en el Sanatorio Güemes, donde permaneció algunos días hasta que fue dado de alta y volvió a Necochea. Lo que no sabía en ese momento es que en la clínica se había contagiado de coronavirus. En esa institución se registraron 36 casos del personal de salud en los últimos días.
La principal hipótesis de la fiscal Silvia Cristina Gabriele indica que el motivo del viaje de Ángel y su yerno fue la compra de una partida de botellas de alcohol en gel y de un producto sanitizante para llevar a Necochea y comercializarlo. Ni el hombre ni su yerno contarían, en principio, con autorización para comercializar productos de este tipo. El líquido sanitizante en cuestión se describe en la etiqueta del envase como “alcohol en gel bactericida sin acción terapéutica”. Una muestra fue encontrada: “Lozanía”, dice la etiqueta.
Ya en Necochea, el acusado rompió la cuarentena para juntarse con una mujer de 49 años llamada María Paula H, que sería la encargada de vender los productos a través de su cuenta de Facebook. Se cree que fue en ese contacto, en el que Ángel de C. le entregó los insumos para vender, donde la mujer también se infectó.
Si bien esta secuencia se dio a mediados de mayo, la causa por supuesta estafa comenzó algunos días antes con la denuncia en la Justicia del Colegio de Farmacéuticos de Necochea que se acercó a la fiscalía alertado por la venta de un producto que ellos consideran de dudosa procedencia. Les habían llegado a sus manos las publicaciones del muro de Facebook de María Paula H. Esto hace presumir que hacía bastante tiempo que estos productos eran revendidos en la ciudad.
Luego de esa reunión en la que se traspasaron los productos entre proveedor y vendedora, María Paula H. hizo un alto en su incipiente tarea de vendedora de productos higienizantes. La mujer se dedicó de lleno durante un par de días a la fabricación de los souvenirs del baby shower que iban a celebrar el 23 de mayo una pareja de conocidos del barrio. Se trata del mismo evento que se convertiría en la bomba infecciosa que al día de hoy no deja de crecer en su onda expansiva de contagios.
Sin embargo, la mujer de 49 años no asistió al evento, probablemente por ya tener síntomas compatibles con la enfermedad aunque aún no está confirmado. En su lugar, y para llevar los souvenirs, fueron dos de sus hijos que viven en la misma casa que su madre y que ya confesaron que antes de asistir a la fiesta compartieron mate con María Paula por lo que probablemente llegaron a la casa de la embarazada homenajeada ya con el covid en su organismo. A partir de ahí, el desastre.
En la fiesta de baby shower clandestino, donde se rompieron todas las normas del DNU presidencial que dispuso el aislamiento obligatorio, se juntaron cerca de 30 personas en un ambiente chico, sin guardar distancia entre ellos y la mayoría sin usar barbijo. Además, todos se llevaron a su casa el famoso souvenir que probablemente, aunque quizás sea imposible confirmarlo, llevaba impregnado el virus por haber sido confeccionado por María Paula H, estando ya contagiada. La mujer que además trabaja en un hogar de ancianos donde al menos hay una empleada y una adulto mayor infectado que se encuentra hospitalizado y luchando por su vida. Uno de los hijos de la mujer, que asistió a la fiesta, llamado Matías G. de 24 años, confesó luego ante el fiscal federal Juan Manuel Portela, que luego del baby shower compartió mate con sus compañeros de trabajo en el puerto local, lo que hizo que la municipalidad tuviera que extender aún más el rastreo de posibles infectados.
También se descubrió que se infectaron tanto la mujer embarazada a la cual homenajearon en la fiesta como el padre del bebé. En total son 22 hasta el momento los casos positivos pero se espera que sean muchos más porque luego de indagar entre los asistentes, el municipio descubrió que una de las invitadas al baby shower festejó su cumpleaños dos días después con una fiesta en su casa a la que asistieron al menos 10 personas.
Sobre la fiesta para el bebé por nacer, “todos los que asistieron estén o no contagiados, hayan pasado un minuto o dos horas van a ser imputados”, dicen fuentes de la justicia federal.
De vuelta a la causa por estafa que involucra directamente a Ángel de C., a su yerno y también a María Paula H., en la tarde de ayer la Justicia realizó un allanamiento en la casa de la mujer donde se secuestraron celulares, documentación y 24 frascos de alcohol en gel que será analizado, un test clave para determinar su composición y si configura o no el delito de estafa. Para empezar, no habría sido producido por un laboratorio autorizado.
Mientras tanto en Necochea el intendente Arturo Rojas decidió dar marcha atrás con las aperturas de comercios que se habían realizado. Locales de indumentaria, calzado y hasta peluquerías tuvieron que volver a cerrar por esta ola infecciosa con el baby shower y el supuesto alcohol en gel trucho como orígenes.
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