La democracia se fortalece en las urnas
Se suele decir, no sin razón, que la democracia es el menos imperfecto de los sistemas políticos conocidos, pero también es una forma de vida que se asienta en valores esenciales como son la libertad, la igualdad y fraternidad, lema de la Revolución Francesa.
Está basada en el respeto por la dignidad humana y los derechos de todos y de cada uno de los integrantes de la comunidad. Como sucede, afortunadamente, desde hace 29 años, los tucumanos irán hoy a las urnas para elegir a quienes los representarán en los próximos cuatro años de gobierno.
Una gran cantidad de ciudadanos aspira a ocupar 347 cargos: un gobernador, un vicegobernador, 49 legisladores, 19 intendentes, 184 concejales y 93 comisionados rurales. En 2007, se inscribieron 7.000 personas, mientras que para los comicios de hoy, se registraron unos 18.000 candidatos, lo que implica un crecimiento del 138%. Son 15 las fórmulas presentadas para competir por la gobernación y 1,018 millón son los tucumanos en condiciones de sufragar.
Respecto de elecciones anteriores, una de las modificaciones es una resolución de la Junta Electoral Provincial que prohíbe a los fiscales partidarios, tanto a los generales como a los de mesa, votar en la mesa donde ejercerán su función. Esos dirigentes deberán sufragar ahora en la mesa en cuyo padrón figuren inscriptos. En cambio, las autoridades de mesa sí podrán sufragar en la mesa donde deberán cumplir con la obligación cívica y tendrán que dejar constancia de la mesa a que pertenecen.
El cómputo de los votos será lento. Directivos de la empresa encargada del escrutinio anticiparon que es factible que este se extienda hasta pasada la madrugada de mañana, debido a la gran cantidad de boletas. Más de 120 personas estarán abocadas al recuento que se realizara en un centro de cómputos ubicado en las oficinas del ex Comando. En total, la empresa dispondrá de 160 vehículos para el traslado de las urnas. Habrá afectadas más de 1.100 personas a las tareas logísticas.
Sería importante que antes de votar, los electores pensaran con detenimiento en el perfil de los postulantes y hubieran tomado conocimiento de sus programas de gobierno o de acción, así como recordar si quienes aspiran a ser reelectos en un cargo, cumplieron las promesas formuladas en el período que está concluyendo. No se trata de cumplir con otro acto comicial por mandato constitucional, sino de hacerlo pensando en si los postulantes a representarnos en los próximos cuatro años están verdaderamente capacitados. No se trata, por cierto, de un mero juego de candidatos. El ciudadano tiene la posibilidad de premiar o castigar con su voto, es su única y gran posibilidad que sucede cada cuatro años. Muchos van por una nueva reelección, otros ocuparon cargos anteriormente y pretenden volver al ruedo y finalmente, están los que quieren debutar como representantes, es decir la mayoría.
De los 347 cargos públicos en disputa y son 18.000 los tucumanos -o más- que se sienten en condiciones de realizar algo por la comunidad desde una situación de poder. Eso significa que hay un número importante de comprovincianos, que si antes no se comprometieron con la sociedad, parecen ahora dispuestos a hacerlo, entregando seguramente su desinteresada vocación de servicio. Sería positivo, por otro lado, si los 17.653 tucumanos que no lograran acceder a un cargo, se volcaran luego a trabajar activamente por el progreso de la sociedad y no esperaran otras elecciones para reaparecer.
"La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo", decía un ex presidente de los argentinos. Valoremos esta democracia que tanto nos costó conseguir.