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La decepción del exitoso picaflor

Por Mariano Bertotto. Tras el episodio de ayer en Showmatch, Matías Alé demostró que es un fiel reflejo del hombre mujeriego: lo que tiene no lo quiere, lo que quiere no lo tiene. ¿Galán o perdedor?

Por Mariano Bertotto
Mbertotto@diarioveloz.com
@MarianoBertotto


Hace unos años que Matías Alé se ha transformado en el galán de la televisión argentina. Es que luego de su eterna relación con Graciela Alfano logró introducirse en el mundo del espectáculo y a partir de allí nunca más se alejó de la pantalla chica.

Simpático, seductor y atractivo como pocos, Alé conquistó a toda mujer que se propuso. Desde las más jóvenes y desconocidas, pasando por las más bonitas y voluptuosas y llegando hasta la veterana internacional como Grecia Colmenares fueron presas de este picaflor humano.

Sin embargo, pese a tener un caudal incontable de chicas a su disposición, el comediante intenta volver siempre con su viejo amor, Silvina Escudero.

Es que la vida del mujeriego es así: lo sencillo lo descarta, lo difícil lo añora. Lo que tiene no lo quiere, lo que quiere no lo tiene. Y el caso de Matías es un claro ejemplo de estos refranes: busca diferentes chicas, las encuentra, inicia una relación, pero al poco tiempo se cansa e intenta reconquistar a quien le dijo "no" tiempo atrás.

Por eso es que hoy, luego de acostarse con cientos de mujeres, Alé se encuentra triste y desolado en busca de su verdadero amor. ¿Galán o perdedor?