La culpa no es del chancho
* Por Alfredo Leuco. Sergio y Pablo Schoklender están presos. Hebe Bonafini lo puso como su mano derecha y lo adoptó como a un hijo.
No pudo o no supo ver ni escuchar los consejos de luchadores honrados por los derechos humanos. La asociación ilícita para robar los fondos que encabezaron los hermanos Schoklender fue posible también por el silencio cómplice de la maquinaria propagandística del Estado.
Los hermanos Schoklender están en donde corresponde: en la cárcel. Sergio y Pablo, simbólicamente, han matado por segunda vez a su madre. Aquel brutal asesinato de sus padres los marcó para siempre. No puede ser de otra manera. La justicia les hizo pagar por aquel parricidio feroz y por eso estuvieron presos durante muchos años. Hebe Bonafini los protegió durante 9 años pese a las advertencias de las personas más honestas y combativas que tenía a su lado. Es un dato para tener en cuenta. No creo que Hebe haya tocado un solo peso de semejante estafa. Ella vive con austeridad franciscana.
Pero no puede decir que se trata de una sorpresa lo que le pasó a ella con Sergio Schoklender. No quiso, no pudo o no supo ver ni escuchar los consejos de Vicente Zito Lema, Alfredo Grande y otros luchadores honrados por los derechos humanos. Se lo describieron como un nuevo López Rega.
¿Hacía falta algo más para que Hebe se diera cuenta de la perversidad y la delincuencia que fueron diseminando por todas las estructuras de las Madres de Plaza de Mayo? Sin embargo ella lo puso como su mano derecha y lo adoptó como a un hijo. Cuando ese hijo entraba en la cárcel de Ezeiza estaba matando esa relación increíble.
Esa asociación ilícita para robar los fondos que encabezaron los hermanos Schoklender fue posible también por el silencio cómplice de la maquinaria propagandística del Estado.
Sistemáticamente atacaron a todos los periodistas que dijimos de entrada que Schoklender estaba manchando el pañuelo blanco de las madres. Nos acusaban de destituyentes o de querer favorecer a los dictadores.
Entre otras cosas, para eso le sirve a la sociedad tener un periodismo independiente. Para investigar, para denunciar, para controlar. En un país sin periodismo, Sergio Schoklender todavía estaría robando los fondos que eran para construir viviendas para los más pobres de los pobres. En un país sin periodistas Ricardo Jaime todavía sería el dueño del transporte y las coimas en la Argentina. El senador Luis Juez lo dijo claramente. Contó que él le avisó a Néstor Kirchner que Jaime era un ladrón y un coimero. Pero Néstor miró para otro lado.
Con todo esto quiero decir que tiene razón el juez en encarcelar a los jefes de la asociación ilícita. Pero que el dicho popular tiene más razón todavía. La culpa no es del chancho sino del que le da de comer.
Sergio Schoklender, el chancho en este caso, ¿pudo haber hecho el desastre que hizo sin la complicidad de los funcionarios del estado nacional? Pregunto. ¿No hay responsabilidad en los que no controlaron o miraron para otro lado o se llevaron una parte de esa aspiradora de dólares que fueron los hermanitos Schoklender? Pregunto nomás. ¿Julio de Vido no tiene nada para decir al respecto ante la justicia? ¿Y Abel Fatala que estaba en todos los actos administrativos y políticos firme junto a Hebe y "su López Rega"? Son muy graves las declaraciones que Pablo Schoklender le hizo a Omar Lavieri. Le dijo que tiene miedo de que lo suiciden en la cárcel y que recibió amenazas para que ni se le ocurra dejar pegado a ningún funcionario. Le dije, los que le dieron de comer al chancho, tienen miedo que el chancho diga la verdad y revele la cadena de complicidades.
Dolorosamente la mancha de mugre fue salpicando a personas que tal vez actuaron de buena fe. Eso deberá probarse en la justicia. Pero de ninguna manera hay que hacer silencio sobre nada. Ya lo dije 100 veces. El silencio es encubrimiento. Hebe, conmovida porque su hija María Alejandra va a tener que ir a declaración indagatoria en esta misma causa, le ordenó a los periodistas que no la nombraran más. "Son ustedes los periodistas los que le tiraron mierda, y eso no se los voy a perdonar nunca. No la nombre más". Fue muy extraño lo que pasó.
Primero que la pregunta sobre su hija se la hizo una periodista de uno de los medios que integra la red oficial de noticias. Vale destacar el coraje de la periodista y esperar que no sufra consecuencias en su trabajo. Y segundo que es absolutamente al revés de lo que dijo Hebe. Debería estar agradecida a la investigación que hicieron los periodistas. Insisto con lo que le dije: si no hubiera sido por ellos, Schoklender todavía estaría robando. Con Amado Boudou en los actos, en el Mercado Central que maneja Guillermo Moreno y ensuciando a medio mundo. Como un chancho.
Los hermanos Schoklender están en donde corresponde: en la cárcel. Sergio y Pablo, simbólicamente, han matado por segunda vez a su madre. Aquel brutal asesinato de sus padres los marcó para siempre. No puede ser de otra manera. La justicia les hizo pagar por aquel parricidio feroz y por eso estuvieron presos durante muchos años. Hebe Bonafini los protegió durante 9 años pese a las advertencias de las personas más honestas y combativas que tenía a su lado. Es un dato para tener en cuenta. No creo que Hebe haya tocado un solo peso de semejante estafa. Ella vive con austeridad franciscana.
Pero no puede decir que se trata de una sorpresa lo que le pasó a ella con Sergio Schoklender. No quiso, no pudo o no supo ver ni escuchar los consejos de Vicente Zito Lema, Alfredo Grande y otros luchadores honrados por los derechos humanos. Se lo describieron como un nuevo López Rega.
¿Hacía falta algo más para que Hebe se diera cuenta de la perversidad y la delincuencia que fueron diseminando por todas las estructuras de las Madres de Plaza de Mayo? Sin embargo ella lo puso como su mano derecha y lo adoptó como a un hijo. Cuando ese hijo entraba en la cárcel de Ezeiza estaba matando esa relación increíble.
Esa asociación ilícita para robar los fondos que encabezaron los hermanos Schoklender fue posible también por el silencio cómplice de la maquinaria propagandística del Estado.
Sistemáticamente atacaron a todos los periodistas que dijimos de entrada que Schoklender estaba manchando el pañuelo blanco de las madres. Nos acusaban de destituyentes o de querer favorecer a los dictadores.
Entre otras cosas, para eso le sirve a la sociedad tener un periodismo independiente. Para investigar, para denunciar, para controlar. En un país sin periodismo, Sergio Schoklender todavía estaría robando los fondos que eran para construir viviendas para los más pobres de los pobres. En un país sin periodistas Ricardo Jaime todavía sería el dueño del transporte y las coimas en la Argentina. El senador Luis Juez lo dijo claramente. Contó que él le avisó a Néstor Kirchner que Jaime era un ladrón y un coimero. Pero Néstor miró para otro lado.
Con todo esto quiero decir que tiene razón el juez en encarcelar a los jefes de la asociación ilícita. Pero que el dicho popular tiene más razón todavía. La culpa no es del chancho sino del que le da de comer.
Sergio Schoklender, el chancho en este caso, ¿pudo haber hecho el desastre que hizo sin la complicidad de los funcionarios del estado nacional? Pregunto. ¿No hay responsabilidad en los que no controlaron o miraron para otro lado o se llevaron una parte de esa aspiradora de dólares que fueron los hermanitos Schoklender? Pregunto nomás. ¿Julio de Vido no tiene nada para decir al respecto ante la justicia? ¿Y Abel Fatala que estaba en todos los actos administrativos y políticos firme junto a Hebe y "su López Rega"? Son muy graves las declaraciones que Pablo Schoklender le hizo a Omar Lavieri. Le dijo que tiene miedo de que lo suiciden en la cárcel y que recibió amenazas para que ni se le ocurra dejar pegado a ningún funcionario. Le dije, los que le dieron de comer al chancho, tienen miedo que el chancho diga la verdad y revele la cadena de complicidades.
Dolorosamente la mancha de mugre fue salpicando a personas que tal vez actuaron de buena fe. Eso deberá probarse en la justicia. Pero de ninguna manera hay que hacer silencio sobre nada. Ya lo dije 100 veces. El silencio es encubrimiento. Hebe, conmovida porque su hija María Alejandra va a tener que ir a declaración indagatoria en esta misma causa, le ordenó a los periodistas que no la nombraran más. "Son ustedes los periodistas los que le tiraron mierda, y eso no se los voy a perdonar nunca. No la nombre más". Fue muy extraño lo que pasó.
Primero que la pregunta sobre su hija se la hizo una periodista de uno de los medios que integra la red oficial de noticias. Vale destacar el coraje de la periodista y esperar que no sufra consecuencias en su trabajo. Y segundo que es absolutamente al revés de lo que dijo Hebe. Debería estar agradecida a la investigación que hicieron los periodistas. Insisto con lo que le dije: si no hubiera sido por ellos, Schoklender todavía estaría robando. Con Amado Boudou en los actos, en el Mercado Central que maneja Guillermo Moreno y ensuciando a medio mundo. Como un chancho.