La crisis no la resuelve sólo YPF
*Por Daniel Fernández. Entre las muchas dudas, hay una importante que la expropiación del 51% de YPF aún no logra responder .
Y es cuál será la política que aplicará el Gobierno para superar la crisis energética que vive la Argentina en los últimos años .
La pérdida de autoabastecimiento energético y la caída de la producción de petróleo y gas que debe ser compensada con importaciones a precios más altos van marcando un fin de época.
El ministro de Planificación reconoció en el Congreso que la necesidad creciente de importar energía fue un elemento clave para decidir la expropiación . Pero esa decisión no resuelve las dudas sobre cómo hará la Argentina para aumentar la producción de ahora en más.
YPF hoy explica en torno del 34% de la producción de petróleo , más del 50% de la refinación y sólo de 23 a 25% de la producción de gas. Es el principal jugador del mercado pero no el único, y en el caso del gas (la mitad de lo que consume el país es ese combustible) su aporte es módico .
Un dilema de la política energética es que, según los productores, hay poco gas porque los precios no son retributivos y, por lo tanto, no alcanzan para aumentar las inversiones en exploración y explotación. Así, el aumento de las importaciones resulta inevitable para abastecer a una economía que, aunque menos, sigue creciendo.
Según las primeras definiciones oficiales ("Los objetivos de YPF estarán en línea con el modelo de desarrollo que tiene la Argentina") no habría que esperar grandes cambios .
El dilema sigue sin resolverse: si se mantienen los precios a los productores, la nueva YPF también tendrá problemas para producir más , a menos que el Tesoro ponga plata. En cambio, si aumentan los precios, no serán necesarios tantos fondos del Tesoro, pero los consumidores deberían pagar parte de la cuenta .
La situación energética necesitará respuestas más allá de las reacciones a favor y en contra que está generando la expropiación.
La pérdida de autoabastecimiento energético y la caída de la producción de petróleo y gas que debe ser compensada con importaciones a precios más altos van marcando un fin de época.
El ministro de Planificación reconoció en el Congreso que la necesidad creciente de importar energía fue un elemento clave para decidir la expropiación . Pero esa decisión no resuelve las dudas sobre cómo hará la Argentina para aumentar la producción de ahora en más.
YPF hoy explica en torno del 34% de la producción de petróleo , más del 50% de la refinación y sólo de 23 a 25% de la producción de gas. Es el principal jugador del mercado pero no el único, y en el caso del gas (la mitad de lo que consume el país es ese combustible) su aporte es módico .
Un dilema de la política energética es que, según los productores, hay poco gas porque los precios no son retributivos y, por lo tanto, no alcanzan para aumentar las inversiones en exploración y explotación. Así, el aumento de las importaciones resulta inevitable para abastecer a una economía que, aunque menos, sigue creciendo.
Según las primeras definiciones oficiales ("Los objetivos de YPF estarán en línea con el modelo de desarrollo que tiene la Argentina") no habría que esperar grandes cambios .
El dilema sigue sin resolverse: si se mantienen los precios a los productores, la nueva YPF también tendrá problemas para producir más , a menos que el Tesoro ponga plata. En cambio, si aumentan los precios, no serán necesarios tantos fondos del Tesoro, pero los consumidores deberían pagar parte de la cuenta .
La situación energética necesitará respuestas más allá de las reacciones a favor y en contra que está generando la expropiación.