La crisis de los grandes: ¿Por qué quedaron afuera los países con las mejores ligas?

A lo largo de la historia, las tres grandes ligas futbolísticas del mundo fueron (y aún lo son) la española, la italiana y la inglesa. Sin embargo, en Brasil estas tres Selecciones hicieron agua y se despidieron rápidamente del Mundial.

Con el correr de los años, el marketing y el dinero que mueve el fútbol fueron lastimando y menospreciando la formación de los jugadores de estos tres países, y esto perjudicó claramente a sus Selecciones.

A saber, en la Premier League, el Manchester City (ganador de 2 de las últimas 3 ligas) es un combinado de algunos de los mejores jugadores del mundo, donde se pueden encontrar franceses, argentinos, belgas, portugueses y hasta bosnios, pero solamente 6 ingleses, y uno sólo entre los 11 titulares.

Algo similar ocurre en Italia, donde los franceses y africanos, entre otros, comenzaron a ser piezas importantes en los últimos mercados de pases, en detrimento de los jugadores salidos de la cantera.

Parecido, pero diferente, es el caso de España. La "Liga de las Estrellas" se llama así, precisamente, porque tiene a los mejores jugadores del mundo, aunque la mayoría proviene de otros mercados. La principal diferencia con los casos anteriores es que la base de la Selección es la misma que el Barcelona y, por carácter transitivo, el flojo nivel de los dirigidos por Luis Enrique se trasladó al equipo de Vicente Del Bosque.

Este fenómeno no es nuevo y, a pesar de él, Italia y España lograron ganar el Mundial en 2006 y 2010, respectivamente. Sin embargo, el tiempo pasa para todos, y a la hora de ir a los diferentes equipos en búsqueda del recambio generacional, se encuentran con jugadores que nunca lograron rodaje en los poderosos porque fueron tapados por figuras extranjeras.

La pregunta es lógica y abre el debate: ¿Y si se limita la cantidad de extranjeros que puede contratar un equipo? No es la intención cortar el trabajo de ningún futbolista, pero sí podría ser una solución pensar en un proyecto a largo plazo, con dotes locales.

Hace años que Alemania hace algo parecido: exportan poco e intentan importar lo menos posible. Es tan cierta eso como que 6 de los 11 titulares del Bayern Munich son extranjeros, demostrando que es la excepción que certifica la regla.

Es una idea, una propuesta, que también podría implementarse (con muchísimos más problemas por cuestiones económicas) en el fútbol argentino. Después de todo, a Alemania tan mal no le va.