La crisis de las prepagas
Los ajustes que se vienen afectarán a toda la población, sobre todo a una ya empobrecida clase media, por lo que se requiere que el Gobierno hable muy claro y explique los alcances de la crisis.
Entre las tantas medidas de ajuste de próxima aplicación, como la quita de varios subsidios y la suba de las tarifas de servicios esenciales como el gas, la luz y el agua, además del Impuesto a los Inmuebles, se destaca el incesante y desmesurado aumento de los costos de salud. Éste afecta a los medicamentos y las cuotas de las obras sociales y de la medicina prepaga.
El Gobierno nacional anunció que los sectores más desprotegidos o carecientes de la población no se verán tocados por estas medidas, lo que por cierto merece el reconocimiento de la opinión pública.
En cambio, la clase media y las franjas medio-altas recibirán un verdadero mazazo, lo que suscita una gran preocupación, ya que se trata de los sectores más dinámicos de la economía, los que generan mayor riqueza, pagan más impuestos y servicios y crean más puestos de trabajo.
Profesionales, comerciantes, pequeños y medianos industriales, como así también operarios o empleados más calificados y, por lo tanto, mejor remunerados, se verán golpeados por ajustes que en algunos casos serán draconianos y tendrán un fuerte impacto en los bolsillos, en los presupuestos familiares y, por ende, en el consumo.
Muchos pequeños comercios y empresas se verán en dificultades para afrontar los impuestos que se vienen y se sabe que un traslado automático de los aumentos impositivos y de servicios a los precios puede disminuir de manera drástica el consumo y provocar desempleo.
Volviendo a los costos de salud, los interrogantes son muy grandes y los riesgos, también. Hay obras sociales sindicales que, en la ciudad de Córdoba, han levantado la cobertura de la atención médica en varios hospitales y sanatorios y también en farmacias que hacían hasta el 40 por ciento de descuento para los remedios.
Ahora se agrega el anuncio de fuertes aumentos en la medicina prepaga, lo que significa que hay mucha gente que no va a poder pagar las cuotas, ya de por sí elevadas, que demanda este sistema. Y no se trata de una cuestión cualquiera, ni de electrodomésticos, ni de turismo y menos de gastos suntuarios. Se trata de la salud, es decir de los costos de la atención médica, los tratamientos y los medicamentos, un problema que afecta a toda la población, de todas las edades y de cualquier origen social.
Se sabía que comenzaba una época dura. La crisis financiera que golpea a los países más desarrollados del mundo es noticia de todos los días. Y la Argentina no podía ser una excepción, pese al triunfalismo electoralista que se quiso infundir a la ciudadanía.
En ese sentido, una eventual crisis de la medicina prepaga es un signo más que inquietante, por más que afecte ante todo a los sectores sociales de medianos y altos ingresos. Es toda la sociedad la que sufrirá las consecuencias de estos sacudones.