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La consigna es: consumir ahora

*Por Tomas Bulat. El crecimiento de consumo está, lenta pero sistemáticamente, llegando a su techo. Y esto es natural, no se puede sostener un nivel de crecimiento del consumo del 8% anual en términos reales con un nivel de inversión del 23% del PBI.

Lo primero que hay que entender es que todos obtenemos nuestras satisfacciones por consumir. Algunos preferirán autos, otros viajes, gadgets electrónicos, zapatos, carteras y algunos ir más al teatro o cualquier otra actividad.

Es decir, todos tenemos lo que llamamos una propensión a consumir. Lo único que nos limita es la posibilidad de hacerlo. Es decir, si tenemos la plata para poder cumplir con nuestro deseo.
La pregunta es, ¿cómo conseguimos la plata? La primera respuesta: con nuestro sueldo y la segunda: pedir prestado. Estas dos variables han explotado durante el 2010. Los sueldos, en promedio, han subido cerca de un 27%, acorde al Indec, y los préstamos al sector privado han crecido un 40%, lo que ha dado una combinación que ha empujado este boom de consumo.

A esto debemos sumarle también que la inflación hace que el consumo de hoy sea más barato que el consumo de mañana, por lo que es razonable hacerlo cuanto antes y, además, porque no hay demasiadas alternativas interesantes donde ahorrar y preservar el valor.

¿Todas estas combinaciones se podrán mantener en el 2011? La respuesta es claramente que no, pero algunos persistirán y otros se les hará más pesado seguir a ese ritmo.

Veamos cada uno de ellos:

El salario: Lo más probable es que los trabajadores sindicalizados consigan aumentos salariales que igualen o mejoren el crecimiento del año anterior, por lo que podrán continuar con el nivel de consumo. Esto, de todas maneras, se hará más cuesta arriba para los no sindicalizados y los independientes que les costará seguir el ritmo creciente de inflación. Es decir, igual o peor que el año pasado y difícilmente mejor.

Crédito: La tasa de crecimiento de los préstamos ha sido superior a los depósitos sobre todo de la gente. Es decir, que el consumo creció más que el ahorro. Por lo tanto la capacidad prestable de los bancos se ha ido acotando y ya están encontrando que no tienen la capacidad prestable excedente por sobre los encajes que ellos mismos se plantean. Por lo tanto la tasa de interés va a subir y descuentos y las cuotas sin intereses continuarán desapareciendo lentamente, como ya lo vienen haciendo. El crédito ya no será lo que fue.

Inflación: Si continúa el estimulo a consumir, la inflación -que sigue a paso firme- será posiblemente más alta que la del 2010. Por lo tanto, seguirá siendo una causa para adelantar consumo hoy antes de que haya suba de precios. Pero claro, aquellos que quieran comprar y su salario no se ajuste al mismo ritmo, van a querer, pero no va a poder.

Ahorro: Aquí es donde posiblemente los cambios sean más fuertes a medida que pase el año. Una de las consecuencias de la inflación y del tipo de cambio (casi) fijo es que el dólar se está volviendo barato. Un amigo me dijo ayer: “no, ya está barato”.

Y como para los argentinos que tienen capacidad de ahorro este no es un tema menor, cuando el dólar comienza a estar barato, lenta, pero también sistemáticamente, van a ir comprando cada vez más. Claro que, cada dólar comprado es, por desgracia, un consumo menos y, por lo tanto, puede llegar a desacelerar el crecimiento económico.

Estas cuatro facetas nos permiten aventurar que el crecimiento del consumo privado, por más incentivos que dé el gobierno nacional, ya encuentra sus contrapesos que lo harán menos dinámico que este año.

Consumir hoy

Por lo tanto las posibilidades de consumir se van a ir acotando. Los créditos más caros, los precios más altos, los descuentos más chicos y las cuotas sin intereses más cortas. Si alguien anda queriendo comprar algún elemento que le sea útil, o quiera tenerlo, le diría que trate de adelantarlo ahora, porque mañana le va a ser un poco más difícil.

Esto no quiere decir que hay que comprar cualquier cosa a cualquier precio, eso siempre debe evaluarse, pero no espere que le sea más fácil comprarlo mañana.

El dato que las empresas y los economistas tendremos que seguir es la evolución de las compras de dólares por parte del público. Esta alternativa al consumo es la que más lo puede afectar.
No va a haber ninguna variación importante del dólar en estos meses. Sigue habiendo superávit comercial y muchas reservas, pero ese es justamente el problema. Va a estar cada vez más barato.

Es bueno que una sociedad consuma, porque significa que la gente se puede dar sus gustos y esto también genera trabajo. Pero como con todo, cuando algo lo tratas de hacer en exceso, las consecuencias no siempre son gratas.