La confesión más dura de Fátima Flórez: "Llegué a pesar cuarenta y tantos"
De pequeña, la artista era una introvertida alumna que se refugiaba en su propio mundo. La anorexia marcó su peor etapa.
El éxito de Fátima Flórez no es casual. Se construyó sobre la base de un esfuerzo constante y de un talento sin igual, que hoy le permiten ser considerada una gran artista. Sin embargo, Florez tuvo una adolescencia traumática, marcada por los desórdenes alimenticios. "La anorexia fue mi etapa más dolorosa", se confiesa.
"Yo solía ser muy introvertida. De chica hablaba poco. En la primaria me sentaba en el primer banco. Nerd, rara, usaba anteojos y aparatos, Pero no sufrí bullying. Me recuerdo muy feliz", comentó la imitadora, dando cuenta de su perfil particular, que más tarde la empujaría a atravesar su etapa más oscura.
Sin darse cuenta, Florez se vio aquejada por una enfermedad que se hizo sentir sin previo aviso. "La anorexia fue mi etapa más dolorosa. Más difícil. Tenía el sueño de ser artista y a mi familia no le cuadraba. Gracias a Dios, no duró mucho. Un año de reclusión. A los 16 años. Mis padres no entendían. Era raro. Dejé hockey. Empecé con problemas hormonales", relató en su entrevista para el diario Clarín.
Por último, la actriz narró sus males con profundidad, a los que hoy se siente inmune, ya que, según explica, le "encanta comer bien y la buena comida". "Los médicos se dieron cuenta de que no me estaba alimentando. De lo malo me recupero rápido. Llegué a pesar 40 y tantos. Ya tenía esta altura y los huesos grandes. Comía poco, miraba las calorías, pero no a un nivel extremo. Me refugiaba en mundo Fátima. Tipo caracol", contó.