La Ciudad despidió el año con la tradicional quema de los muñecos
El ritual de los muñecos de fin de año crece en cada año. El viernes, desde bien temprano comenzó una intensa movilización de platenses y de gente que viene de otras ciudades para ver las diversas obras que se montan en los barrios.
El ritual de los muñecos de fin de año crece en cada año. El viernes, desde bien temprano comenzó una intensa movilización de platenses y de gente que viene de otras ciudades para ver las diversas obras que se montan en los barrios. Por la noche, ya madrugada del sábado, miles de personas siguieron los shows de fuegos artificiales previos a la quema y se trasladaban hacia las distintas zonas para ver la mayor cantidad de momos posibles.
La previa de cada quema de los muñecos tuvo un denominador común: el show de fuegos artificiales
Pasado el mediodía, el desfile de autos, motos y bicicletas por los diferentes muñecos fue incesante. Los automovilistas, en varios casos, estacionaban sus vehículos hasta a tres cuadras de distancia de donde estaba el momo para llegar a pie hasta el muñeco y ver los trabajos que en varios casos comenzaron hace semanas y otros llevaron varios meses entre el boceto, conseguir los materiales y el armado.
Hubo cuatro puntos destacados: avenida 32, donde se destacó el muñeco Cruce de los Andes; 31, a la altura de 33, donde el parque jurásico fue escenario de pruebas de explosivos y la gente hizo cola para sacarse fotos arriba de la camioneta que a la madrugada del sábado iba a arder; 77 entre 13 y 14, donde las calle se hizo más angosta y se agolpaba la gente para ver los movimientos mecánicos de una figura deslumbrante que fue denominada Elementum; y en 25 y 40 también hubo una fuerte concurrencia. El resto de los muñecos recibió numerosas visitas, como fue el caso de la Era del Hielo, en 32 y 133.
Fotos, caras de sorpresa de chicos y grandes ante figuras muy bien logradas, y un tránsito intenso, fueron la postal que se pudo apreciar entre la tarde y el anochecer.
Tras la cena y el brindis comenzó el otro ritual: la quema de las figuras y desde las 0:30 y hasta promediar la madrugada de ayer, la gente se trasladó masivamente hacia las figuras convocantes, como así también ocurrió en diversos barrios donde la gente de cada zona disfrutaba de la despedida de 2010.
La previa de cada quema de los muñecos tuvo un denominador común: show y despliegue de fuegos artificiales -según los recursos que se habían conseguido con las colectas que se hicieron en los días previos- y en otros casos hasta le agregaron música, banderas, camisetas identificatorias entre los organizadores.
"Los fuegos artificiales se han transformado en el momento más esperado. Después, mucha gente se retira cuando empieza la quema del muñeco en sí porque en algunos casos asusta la potencia de los explosivos y cree que puede pasar cualquier cosa", contó Cristina que estuvo junto a su hijo Lautaro en los muñecos que se montaron en la zona del Parque San Martín.
Luego de la quema de los muñecos, la mayoría de los responsables de los muñecos comenzó con los operativos de limpieza y por la mañana y el mediodía en buena parte de los barrios parecía que nada hubiera ocurrido durante la madrugada, cuando se cumplió con el ritual bien platense.