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La casa propia, un sueño que se aleja

* Por Osvaldo Pepe. Una encuesta privada muestra que fuertes núcleos de la clase media, motor histórico de la movilidad social ascendente, postergan los planes familiares por la dificultad de acceder a una vivienda.

Así de contundente: 6 de cada 10 argentinos sueñan con tener su casa propia, pero sólo el 17% está en condiciones de afrontar una compra inmobiliaria , en tanto 70% afirma que por esa limitación dejó de lado casarse, vivir en pareja o tener hijos (Ver: La clase media resigna planes por la falta de techo propio).

Esas angustias y tensiones sociales conviven con un mercado inmobiliario que tiene peligrosas similitudes con aquellos países del Primer Mundo (EE.UU y España) que han visto volar por los aires la llamada "burbuja inmobiliaria" . Y cuando el metro cuadrado en Almagro vale tanto como en Miami.

O cuando hay zonas, como Puerto Madero, casi tan caras como Manhattan o como Las Cañitas, donde la cotización llega a US$ 3 mil (Ver: La transformación de Las Cañitas: Hay 36 edificios en obra y el m2 ya cotiza a US$ 3.000). De hecho, hablamos de un mercado que, según alertan los expertos, funciona mejor para los inversores que para los compradores comunes.

Y debajo de esa clase media que, a pesar de disponer de un trabajo estable, en blanco, y alguna capacidad de ahorro, tiene serios obstáculos para el acceso a la vivienda, late el infierno, impregnado de sospechosas influencias políticas o manchado con la sombra de la corrupción.

Baste mencionar la guerra de las usurpaciones en el Parque Indoamericano a fines del año pasado o el fresco escándalo que desató Schoklender con el plan de viviendas de la Fundación de las Madres.

Hoy, de acuerdo a estudios de la Universidad Argentina de la Empresa y el Reporte ABC Inmobiliario, hacen falta más de 100 salarios de unos $ 4.000 para poner en marcha ese acceso al techo propio de dos o tres ambientes en centros urbanos, cuando hace 20 años esa proporción rondaba entre los 50 y los 60 sueldos.

Esto muestra un déficit habitacional crónico , debido a una ineficiente gestión estatal . Vale aclararlo: no es responsabilidad exclusiva de este gobierno , sino de un sistema financiero y productivo que no han dado respuestas satisfactorias. El Gobierno debería asumir la parte que le toca, y evitar la autoproclamación sin certezas de ser el que "más viviendas hizo en la historia" del país.