La casa de Candela se convirtió en un santuario
Cientos de personas visitan la casa de niña de 11 años, secuestrada y asesinada en la localidad bonaerense de Hurlingham, con velas, ofrendas y el pedido de justicia para que el crimen no quede impune.
Lugo de la trágica noticia de Candela Rodríguez que apareció muerta el miércoles pasado dentro de una bolsa de basura, tras haber estado nueve días desaparecida, su casa se convirtió en un santuario.
Cientos de personas visitan la casa, rezan, llevan velas, realizan ofrendas y piden de justicia para que el crimen de la niña no quede impune ubicada en la calle Coraceros al 2500 en la ciudad bonaerense de Hurlingham.
"Es una locura lo que sucedió, Candela no tenía nada que ver y terminó pagando con su vida. Queremos que se haga justicia", expresó una vecina a Online-911.
En tanto, la Justicia intenta dar con los asesinos de la menor y la única certeza con la que cuentan son los resultados de la autopsia: no tenía señales de haber sido maltratada, no estuvo atada, no fue abusada sexualmente, y estuvo higienizada y alimentada, razones que lleva a pensar a los investigadores que la víctima conocía a su asesino o/y fue víctima de trata.
Según el fiscal general Federico Nieva Woodgate, Candela murió por asfixia mecánica por lo que no cierra "que una persona que la trató bien" termine asesinándola. Y sostuvo la hipótesis de una red de trata de personas: "Una criatura en buen estado de salud e intacto vale más en las redes de trata".
Con respecto a la idea que apunta a una venganza narco, o relacionada a la mafia de los Piratas del asfalto, aún no hay nombres de sospechosos ni detenidos.