La Cancillería se opuso a decir qué negocia con Irán
El pedido para obtener datos del diálogo con este país había sido exigido no sólo por la Justicia y autoridades de la comunidad judía, sino también por el gobierno de Israel.
El fiscal Alberto Nisman, recibió hace dos días en apenas tres párrafos, el rechazo tajante del Gobierno sobre la posibilidad de brindar información sobre las negociaciones que Buenos Aires y Teherán iniciaron para progresar en la causa por el atentado a la AMIA, que dejó 85 muertos en 1994. El pedido para obtener datos del diálogo con Irán había sido exigido no sólo por la Justicia y por las autoridades de la comunidad judía en el país, sino también por el gobierno de Israel.
En el escrito que envió la Cancillería al fiscal Nisman, el Gobierno respondió que "tratándose de un proceso de negociaciones diplomáticas entre estados, las partes han acordado mantener reserva de su contenido mientras dure el mismo", sostuvieron.
En consecuencia, ni la adminitración de Cristina Kirchner ni el régimen de Ahmadinejad están dispuestos a revelar detalles de las negociaciones que comenzaron hace dos semanas en Ginebra y que continuarán a fin de mes. Tampoco la parte querellante, representada por el apoderado de la DAIA y la AMIA, Miguel Bronfman, que había pedido expresamente a la Justicia información sobre el diálogo con Teherán, y el mismo fiscal Nisman, que había acusado a ocho funcionarios y ex funcionarios iraníes por su presunta vinculación con el atentado terrorista.
En el escrito, que lleva la firma de Agustín Medrano (director de Contencioso de la Cancillería), se expone que estaba dando vueltas en la mesa de negociaciones abierta en Ginebra: "En las reuniones de trabajo realizadas se explora un mecanismo legal que no entre en contradicciones con el sistema legal de la Argentina y de Irán", dice.
Pero fuentes allegadas a Nisman consideraron "gravísimo que se busque un mecanismo legal ajeno a las leyes argentinas por las que se está investigando el atentado a la AMIA. Podríamos estar hablando de un delito en ese caso y deben existir explicaciones", destacaron.
¿Qué significará en la práctica elaborar un mecanismo legal que no entre en contradicciones con las leyes de la Argentina o de Irán? Hasta ahora no hay respuestas válidas y el silencio oficial se hizo presente.
La decisión de la Cancillería de negarles a la Justicia y a la parte querellante cualquier tipo de información del diálogo con Irán causó sorpresa y mucho malestar en la comunidad judía. El apoderado de la AMIA y de la DAIA expresó: "Nos sentimos muy defraudados. Es contradictorio que, mientras el Gobierno dice que la prioridad del diálogo con Irán son las víctimas del atentado, a los familiares y a la parte querellante se les niegue información, aunque sea de manera reservada".
Por otra parte, el pedido de información sobre el diálogo entre la Argentina e Irán había sido elevado también por Israel. Hace unos días el vocero de la Cancillería israelí, Yigal Palmor, advirtió que Israel "no va a permitir que esta negociación se desarrolle en la oscuridad y la opacidad". En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias, Palmor aseguró que los atentados contra la AMIA y la embajada de Israel "no se pueden separar", por lo que reclamó a Timerman información sobre las negociaciones abiertas en Ginebra.
La AMIA, la DAIA y el equipo de trabajo del Nisman analizaban ayer qué caminos se tomarán en adelante. Aún no se tiene en claro cómo actuarán ante un gobierno que tomó como política de Estado el hermetismo y las contradicciones.