La campaña presidencial en su último tramo

Pablo Romá

Sociólogo. Miembro de Circuitos Consultora

Asistimos al último tramo de una campaña presidencial muy especial. Alberto Fernández mantiene la distancia obtenida en las PASO frente a su rival el Presidente Mauricio Macri y este hecho configura la campaña de ambos candidatos.

Alberto Fernández realizó un gesto de poder, alejar el escenario de la sucesión presidencial anticipada. El propio Alberto Fernández se encargó de afirmar este deseo en cada una de las reuniones y encuentros a los que asistió. Este gesto político enmarca la campaña actual de los candidatos, uno claramente en ascenso y el otro peleando no descender de los resultados obtenidos en las elecciones primarias.

La campaña del Presidente Macri apunta principalmente a pelear por mantener sus adhesiones. Pero lo que es más importante, pelea por evitar que la fuerza que lidera, el PRO y su alianza con los Radicales, se disgregue. Este es en definitiva el peligro que atraviesa el Presidente y sus actos de campaña deben ser entendidos desde acá. También el alejamiento de María Eugenia Vidal y de Horacio Rodríguez Larreta -relegados ambos en el terreno local-, parecen estar jugando una carta más interna que hacia el exterior.

Solo en este sentido se entiende la estrategia de la campaña de Mauricio Macri. Podemos mencionar acciones como la apelación a la movilización de sus adherentes en todo el país haciendo anuncios como si no fuera gobierno; la apelación a Dios; y la necesidad de que para que sus gobiernos funcionen es necesario más tiempo, como en Boca o en la CIudad de Buenos Aires.

Todo indica un movimiento para ampliar la base electoral, pero su resultado parece ser un repliegue y mimetización con el núcleo duro de sus votantes, algo que expresa la opción conservadora que tiene el Presidente. Mantener un caudal de votos de un tercio de los electores, preservar el liderazgo que posee sobre Juntos por el Cambio frente a posibles internas o rupturas.

Otro aspecto de esta estrategia tiene que ver con el avance de Roberto Lavagna sobre posibles votantes de Juntos por el Cambio, ya que puede quitarle un porcentaje de votos. Sobre todo, porque Roberto Lavagna puede hablarle a la base electoral del gobierno de un tema prohibido para el Presidente Macri, la economía.

Por el contrario, Alberto Fernández tiene como interlocutor a sectores sociales más amplios -le habla tanto a los sectores populares, a los empresarios, a las pymes como a los “mercados”- y esto potencia su figura como candidato a Presidente. En este sentido, Alberto Fernández tiene como estrategia el diálogo y el consenso con estos diversos sectores sociales, como una forma de acumulación de poder que necesita ser acompañado por el voto ciudadano. Una estrategia acorde con los tiempos difíciles que pasa la economía y la necesaria acción que deberá adoptar una vez en el gobierno.