La brecha salarial entre la policía Bonaerense y de la Ciudad sería de hasta un 50%
No es la primera vez que el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni tiene este problema.
En medio de las protestas de la policía Bonaerense en reclamo de aumento de sueldos y mejoras en las condiciones laborales, confirmaron que la brecha salarial entre los oficiales de la Federal y de la Ciudad es de hasta un 50%.
Un suboficial de Policía de la Provincia recién egresado cobra actualmente 37 mil pesos en el bolsillo al mes, incluyendo el último aumento anunciado para los estatales bonaerenses en marzo pasado, según un relevamiento realizado por Clarín.
Es un 37 por ciento menos que sus pares de la Policía de la Ciudad que, una vez que egresan, gozan de un sueldo de 59 mil pesos en mano. Mientras que un suboficial de la Federal cobra 51 mil pesos.
En el caso de los oficiales, sin ir hasta el grado más alto de la escala, un comisario de la Bonaerense gana hoy 80 mil pesos en el bolsillo, más la antigüedad.
Del otro lado de la General Paz, por el mismo cargo en la fuerza porteña pagan 158 mil pesos en mano, a lo que hay que sumarle el extra por los años de trayectoria, según la escala salarial a la que accedió este diario.
La diferencia es del 49,3% entre una fuerza y otra. La PFA está a mitad de camino de las dos con un sueldo de 112 mil pesos.
Pero la diferencia no es solo de plata, sino de condiciones que muchas veces también repercuten sobre el bolsillo de cada policía.
Mientras en la Ciudad todo el personal cuenta con cobertura de medicina prepaga (OSDE), en la Provincia tienen la obra social provincial IOMA, que acarrea varias dificultades en las prestaciones.
En muchos casos los agentes de la Bonaerense tienen que hacerse cargo de su equipamiento. Desde el uniforme hasta balas para sus pistolas. Incluso hasta no hace mucho los policías compartían sus chalecos antibalas en los cambios de turno porque la fuerza no tenía la cantidad suficiente para todo el personal.
En las filas de la Policía de la Provincia hay hoy 94.000 hombres y mujeres, mientras que la Ciudad cuenta con 26.000 oficiales y la Federal con 30.000.
La diferencia de sueldo y las condiciones laborales entre la Bonaerense y la Policía de la Ciudad fueron uno de los motivos por los que varios agentes provinciales migraron hacia la fuerza porteña cuando fue creada en 2017. Mientras que los policías de la Federal que hacían tareas de seguridad ciudadana en Capital Federal fueron traspasados a la Ciudad.
Hay más y tiene que ver con la calidad del trabajo. No es una novedad que el estado de las comisarías del Conurbano es malo. Goteras, humedad, falta de calefacción, puertas que no cierran. Hoy en una seccional cualquiera de zona norte del GBA los policías tienen que hacer una "vaquita" para comprar el papel higiénico y el agua de bidón.
Ni hablar de barbijos, máscaras y alcohol en gel. En la Ciudad, la mayoría de las comisarías fueron modernizadas, cuentan con aire acondicionado, calefacción y equipamiento básico como artículos de librería, computadoras e impresoras.
Otro gran problema son los patrulleros destartalados, sin luces, con direcciones que chillan, que hay que empujar para que arranquen y mejor no preguntar si frenan. No solo son un dolor de cabeza para la Policía, sino un peligro para el resto de la población.
Por eso, el reclamo de entre un 50 y 60 por ciento que proponen desde las agrupaciones sindicales de la Bonaerense busca superar los ingresos de la fuerza porteña pero también exige más y mejor equipamiento.
No es la primera vez que el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni tiene este problema. Hace ocho años, la Prefectura y la Gendarmería se rebelaron contra el entonces secretario de Seguridad de la Nación por un recorte en sus salarios.
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