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La actitud de Luciana tras la severa advertencia de Gran Hermano por acoso hacia un compañero

En una noche cargada de tensión, el reality vivió su momento más incómodo tras la sanción que recibió la jugadora por la denuncia de hostigamiento hecha por Bati.


El silencio se instaló de manera pesada en el salón de la casa más famosa del país. Los rostros tensos, las miradas evasivas y los labios sellados marcaron el ambiente que se apoderó de Gran Hermano la noche del miércoles, minutos antes de la gala de nominaciones. Las palabras que el Big Brother tenía para decir encendieron una controversia inesperada.

"En las últimas horas, han ocurrido algunos hechos que me preocupan", comenzó a expresar la advertencia, con una voz grave que reflejaba el peso de las acusaciones. El centro de atención: la relación tensa entre Bati Larrivey y Luciana Martínez.

El mensaje fue claro, sin margen para malentendidos: "Me refiero a la proximidad entre Bati y Luciana, y el evidente malestar de Bati ante conductas que considera inapropiadas o excesivas por parte de ella". Las palabras parecieron calar hondo entre los presentes, cuyos cuerpos estaban inmóviles como estatuas.

La tensión creció cuando el Big Brother reveló más detalles. Bati, en el confesionario, había compartido su incomodidad, mencionando que los límites estaban siendo sobrepasados. A pesar de aclarar que él mismo lo resolvería, el anfitrión decidió intervenir. La conclusión fue firme, aunque sin sanción inmediata: "Hay límites que no deben cruzarse".

Luego del comunicado, el silencio se hizo casi insoportable. Santiago Del Moro, el conductor desde afuera, apareció en pantalla y lanzó una sencilla pero fuerte pregunta: "¿Cómo tomaron lo que dijo el Big?". Lo que siguió fue un intento por calmar las aguas, aunque la tensión seguía presente.

Luciana, la santacruceña de gestos amplios y energía desbordante, fue la primera en responder. "Mi única intención con Bati es divertirme", dijo, defendiendo su postura. "Si él me pidió que lo dejara, lo acepté y lo cerramos ahí", agregó, como queriendo poner fin al asunto. Trató de restarle importancia: "Soy así con Chiara, Santi, Luz, Juan Pablo, pero siempre respetuosa".

Pero la ruptura ya se había producido. Bati fue el siguiente en hablar. Aunque su tono fue conciliador, sus palabras dejaron claro que la incomodidad seguía. "Es cierto que es un juego, pero anoche hubo un comentario en público y varias veces cambió la foto de mi compañero en la cama...", relató, mostrando cómo las situaciones se acumularon. "Con ella todo bien, pero si sigue así no será más de la misma manera", advirtió, para luego concluir: "Prefiero seguir con buena onda, como siempre, porque así soy en la vida".

El conductor entonces lanzó una pregunta que quedó flotando en el aire por unos largos segundos: ¿había algún otro compañero que se sintiera incómodo con Luciana? Nadie contestó. Solo se oyó el silencio, como una respuesta incómoda.

Luciana intentó recuperar el control. Dijo que no guardaba rencor, y que le hubiera gustado tratarlo en el confesionario. Pero sus palabras encendieron otra chispa al mencionar a Ulises, un participante que nunca había hablado de su orientación sexual. "Somos parte de la misma comunidad, entonces uno se siente más cómoda, porque sabe que no habrá falta de respeto", justificó su actitud.

Del Moro la miró expectante, y Ulises, quien hasta ese momento había mantenido un perfil bajo, simplemente respondió: "No hablo del tema". Su negativa fue tajante.

Pero la historia no terminó ahí. Cuando las luces del programa se apagaron, Ulises se dirigió a la sala de stream y, por primera vez, habló con rabia. "No me meto en ese tema y me ocupo de otras cosas. No tiene que ver con ser o no parte de la comunidad. Luciana tiene que hacerse responsable", dijo sin filtros.

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