Kun Agüero: "El automovilismo es una buena alternativa para cuando me retire"
Festejó su vigésimo tercer cumpleaños en el autódromo de La Plata, probando los tres autos de la escudería que acaba de comprar.
Además, manejó a más de 200 kilómetros por hora y recordó que desde chico sueña con ser piloto de carreras. También habló de su futuro como futbolista y del escándalo por su pase.
Y si hubiera nacido tuerca? ¿Si en lugar de concretar el sueño de futbolista se le hubiera cruzado el afán por los autos de carrera y la lluvia de champagne desde un podio? Tal vez hoy sería un piloto avezado del Turismo Carretera, triunfando entre Pechito López o Emanuel Moriatis...
O, más probable, los vería desde la casa, en la tele, frustrado por no haber llegado. Pero para fortuna de todos, y de él principalmente, Sergio Agüero se dedicó al fútbol. La rompió en Independiente, lo vendieron al Atlético de Madrid (un pase que le permitió al club de Avellaneda construir estadio nuevo), la descosió en el Viejo Continente y ahora, con la temporada recién terminada, incluso se decidió a cambiar de club. Sin embargo, más allá de que quiere seguir jugando en la liga española, el Kun vino a la Argentina para descansar, antes de ponerse a las órdenes del Checho Batista y el seleccionado nacional, que disputará la Copa América.
Mientras tanto, hasta que deba concentrarse con la albiceleste, aprovecha para darse algunos gustos. Por eso el jueves 2 de junio, día de su 23° cumpleaños, fue hasta el autódromo de La Plata a probar los tres autos de la escudería que acaba de adquirir. Ah, pequeño detalle omitido hasta ahora: el Kun, cuyo pase está valuado en más de 60 millones de dólares, se compró una escudería que ya está compitiendo en la categoría TC Pista Mouras (que recorre La Plata, 9 de Julio y Olavarría). El equipo cuenta con tres autos (dos Dodge y un Chevrolet, con motores de 350 caballos de fuerza), se llama Kun Competición y, según su director deportivo, Rodolfo Di Meglio, aspira a entrar en la categoría de Turismo Carretera en dos años.
-¿De dónde sale esta idea de comprar una escudería? -Un amigo de papá propuso la idea y me gustó.
Siempre me tiraron mucho los autos. Desde chico quien> ser piloto de carreras y ésta es una gran manera de meterme en ese mundo.
-¿Elgran pase del año puede que no sea entre club y club, y se concrete del fútbol al automovilismo? -Ja, no todavía... Pero nunca se sabe. Cuando termine mi carrera puedo ser piloto. Todavía falta mucho.
Definitivamente el automovilismo es una buena alternativa para cuando me retire.
-De los tres autos que probaste, ¿cual te gustó más? —Los tres por igual. No hay diferencia.
-¿Cómo te sentiste al volante? Rodolfo (Di Meglio) dice que te vio condiciones.
-Las primeras vueltas las hice con Juanjo Amescua, que es uno de los pilotos de la escudería, y me explicó bien cómo tomar las curvas y demás. Me sirvió mucho.
Alguna vez voy a volver para mejorar el tiempo.
-Podes regresar en el verano.
-No, porque es un período muy corto. En Europa te dan unos días para Navidad, nada más. Habrá que esperar hasta junio o julio del año que viene.
-Imposible evitar la pregunta: ¿te resultan más fáciles los autos o la redonda? -La pelota es más fácil, lejos.
-Hablando del tema, ¿qué novedades hay acerca de tu pase? Se hablaron muchas cosas y desde tu club aseguraron que no vas a ir al Real Madrid.
-Lo único que te digo es que Miguel Angel (Marín, Presidente del Miélico, su club actual), sabe lo que yo quiero. Ya se lo dije y él no va a elegir a qué equipo me voy. Lo que está claro es que del Atlético me quiero ir.
-¿A dónde te gustaría ir? -Seguir en otro club de la liga española, o pasar a la inglesa, que me encanta.
Sueño tuerca
El Kun no es el primer futbolista en incursionar en el mundo del TC. Ya hace años, Juan Sebastián Verón y Hernán Crespo apadrinan la escuderia HAZ Racing, que este año lidera la tabla del TC. Pero a diferencia de sus colegas, Agüero se animó a probar los autos frente a las cámaras. Empezó tímidamente, llegando a 140 kilómetros por hora, pero después de superar el miedo tras un trompo inofensivo, ganó confianza y llegó a poner los autos a más de 200.
Como se ve en las fotos, su nombre y el de su hijo, Benjamín, están estampados en la carrocería.