Kicillof estrenó candidatura y juntó al PJ con Sergio Massa y La Cámpora
En La Plata armaron una cumbre de ablande y campaña. No fue Máximo Kirchner, pero mandó camporistas.
Hubo una saga previa: el martes, en la parrilla Roldán, del Club Hípico de Palermo, almorzaron un rato largo y mano a mano, Axel Kicillof y Sergio Massa, dos que tienen más vínculo del que se conoce, tejido en el Congreso.
De allí, Kicillof partió a ver a Alberto Fernández -que el miércoles almorzó con gobernadores y "cafeteó" con senadores del PJ- y más tarde tuvo una sentada con Martín Insaurralde, alcalde de Lomas, jefe -sin titulo nobiliario- de un pedazo del peronismo.
La semana pasada, el ex ministro se juntó con Fernando Gray, jefe del PJ bonaerense, y perfiló la juntada de este miércoles donde debutó como candidato a gobernador con una foto de familia que juntó a los intendentes del PJ, La Cámpora y a Massa.
"Tres meses atrás, esa foto era imposible" le puso épica al encuentro un dirigente que militó, en este tiempo, el unionismo peronista.
Máximo Kirchner, que el lunes aparecía como condicional en la agenda, finalmente no estuvo, pero sí lo hicieron delegados suyos: Luana Volnovich, que va segunda en la boleta de diputados nacionales em la Provincia, y Facundo Tignanelli, legislador provincial y uno de los operadores K en el territorio.
Tinanelli, con base en La Matanza, fue el hombre de Máximo en la Junta electoral que ejecutó el operativo para que los alcaldes del PJ -aunque no todos- sean los únicos que tengan boleta larga en sus municipios
El staff de los intendentes peronistas estuvo en pleno: Gray (Esteban Echeverría), Insaurralde (Lomas de Zamora), Juan Zabaleta (Hurlingham), Ariel Sujarchuk (Escobar), Gustavo Menéndez (Merlo), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Gabriel Katopodis (San Martín) y Mariano Cascallares (Almirante Brown), entre otros.
Estuvieron, además, Verónica Magario -candidata a vice- y Fernando Espinoza, que volverá a su distrito como candidato a intendente de La Matanza.
La cabecera fue una postal de la sumatoria y los discursos, breves y formales, tuvieron como eje común que harán "el máximo esfuerzo" para ganar la provincia que está, desde el 10 de diciembre de 2015, en manos de María Eugenia Vidal.
Kicillof, en su tránsito hacia la provincia, despliega un ritual de seduccón de los alcaldes.
"Son ustedes, los intendentes, quienes tienen los gobiernos a los que van a parar los reclamos de la gente que la está pasando mal, y la búsqueda de una mano que se le extienda", les dijo y los convidó con futuro: "Estamos todos juntos para gobernar la provincia"
La foto de familia, como en un reencuentro trabajoso y demorado, reincorporó a "parientes" que andaban lejos o frecuentaban a otras estirpes de la política.
Un caso: Juan José Mussi, que se prepara para suceder a su hijo Patricio en Berazategui, un procedimiento poco usual en la biología política, donde los hijos en general heredan a los padres. Los Mussi se movieron, en estos tiempos, con brújula y modos propios.
Otro ejemplo es Mario Ishii, mandamás de José C. Paz, que exploró internas y masculló enojos pero meses atrás se reconcilió, asado mediante, con Máximo K y luego se convirtió en el primer alcalde en respaldar la postulación de Kicillof.
Lo recibió en su despacho y se fotografió, una gestualidad política del alcalde con el ex ministro que, desde entonces, recibe opiniones y sugerencias telefónicas y por Whatsapp del jefe peronista.
Pero el caso emblemático, el regresado estrella, fue Alejandro Granados, alcalde de Ezeiza, que no se quedó a la foto oficial pero estuvo en la juntada en La Plata.
Granados se movió, en estos años, muy cerca de María Eugenia Vidal y en paralelo, a buena distancia del peronismo. Pero es un "decano" para los alcaldes jóvenes que lo cuidaron y le despejaron las listas opositoras en el distrito.
Kicillof busca involucrar a los intendentes del PJ en la campaña: sostiene que son los que conocen "los defectos" de la gestión de María Eugenia Vidal y, además, los que tienen el pulso de lo que pasa en cada distrito.
El candidato prometió que hará campaña intensa en el interior de la provincia, donde está mejor posicionado Cambiemos y donde el peronismo, acumula varias elecciones malas: en 2009, 2013, 2015 y en 2017.
Las cuatro derrotas fueron caídas, casi por paliza, en la Buenos Aires rural.
Entrenado en las fotos, Kicillof posó -junto a Magario- con todos los candidatos que se llevarán su instantánea para afichería y volanteo en sus campiñas.