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Kate Winslet: "No tengo de qué quejarme"

*Por Diego Lerer. Entrevista. La ex rubiecita de "Titanic", Kate Winslet, presentó tres películas en Venecia, una de Polanski. Habla de su relación ambigua con el éxito y la fama.

El fruto del esfuerzo de sus últimos tres años de trabajo pasó por Venecia como un soplido. Todo junto, alto y fuerte, mientras Kate Winslet recorría una y otra vez la alfombra roja. Primero lo hizo acompañando la presentación mundial de Carnage , la nueva película de Roman Polanski, que estuvo en competencia. Luego presentó Mildred Pierce , la miniserie que Todd Haynes hizo para HBO que recién ahora llega a Europa. Y, por último, fuera de competencia, presentó Contagio , thriller de Steven Soderbergh que se estrenó el viernes pasado en los Estados Unidos (ver Cifra ) y llegará a la Argentina el mes que viene.

Así que fue habitual verla desfilar día tras día, con un vestido diferente, presentarse en distintas conferencias de prensa, convertida en la diva de los primeros días del festival, siempre bella y reluciente, a punto de cumplir los 36 años. En Carnage , a falta de Polanski y Jodie Foster, era la estrella, lo mismo que en Mildred Pierce , donde es la protagonista excluyente. En Contagio pudo descansar más en los hombros del resto del elenco: allí es una de las caras de un relato coral que tiene además a Matt Damon, Gwyneth Paltrow, Marion Cotillard, Laurence Fishburne y Jude Law, entre otros.

"Me fascina actuar, y ser parte de este mundo tan extraño es un privilegio", dijo la actriz aquí a la prensa. "Claro que hay momentos en los que me canso y pienso que voy a abandonar todo y dedicarme sólo a mis hijos, pero eso es algo que le pasa a todo el mundo. A mí se me va rápido".

En Carnage , basada en la obra teatral de Yasmina Reza conocida aquí como Un Dios salvaje , encarna a la mujer de un abogado quienes visitan la casa de los padres de un amigo de su hijo después de una situación escolar que terminó con su niño pegándole al otro con un palo. Su marido en la ficción es Christoph Waltz ( Bastardos sin gloria ) mientras que la pareja de los dueños de casa la integran Jodie Foster y John C. Reilly.

¿Podés contar cómo fue cuando te llamaron para trabajar con Polanski y el trabajo específico con él? Apenas colgué lo primero que pensé fue: "Era Polanski. Dios mío". No lo podía creer. Pero era él (risas). Fue una experiencia increíble trabajar con Roman. Fue un sueño. La historia era muy cómica y a la vez tocaba temas que podía entender y relacionarme, como todos los conflictos que tienen que ver con los colegios de los chicos. Es un tema que me divierte mucho.

¿Conocías la obra teatral? Sí, la había visto en Broadway con un elenco espectacular y me había gustado muchísimo. Mi papel lo hacía Hope Davis y estaba increíble. Y me gustaba en la película la idea de poder trabajar con Jodie, John y Cristoph, que son todos muy buenos actores.

¿Qué fue lo más difícil del rol? El hecho de que fuera tan claustrofóbico todo y que tuviéramos que mantener la historia viva durante hora y media, sólo cuatro personas en un cuarto. Pero más complicado era mostrar el cambio del personaje en tan corto tiempo. Nancy empieza como alguien extremadamente recto y vemos al final que está vomitando, borracha, gritando, nada de lo que hubieras esperado de ella.

¿Y lo más divertido? La química que establecimos entre nosotros. Hasta Roman se sorprendió de ver cómo nos acostumbramos los unos a los otros. Estoy convencida de que si la película funciona será por eso. Lo del vómito fue increíble también: los de efectos especiales me pusieron una cosa azul en el cuello y después me conectaron a un tubo. Y además tenía que retener líquido en la boca. Cuando rodamos empezó a funcionar como un surtidor y no sólo yo, sino también Jodie, quedamos empapadas: el pelo, el cuello, el escote. Vómito por todos lados. Y el que decidió la receta del vómito, los ingredientes, fue el propio Polanski. El lo paso genial. Es como un niño.

Sin embargo, la actriz de Titanic lo reconoce, su rol en Carnage no fue nada comparado al de Mildred Pierce , drama de cinco horas en el que aparece casi todo el tiempo en pantalla como la abnegada madre que hace lo imposible para que su hija triunfe, sólo para recibir maltratos y desprecio de parte de ella. La miniserie, basada en la novela de James M. Cain ya llevada al cine por Michael Curtiz con Joan Crawford.

"Es lo más duro que hice desde Titanic –dice-. En términos de duración, fueron 16 semanas de rodaje y cinco horas de película. Mildred está en casi todas las escenas, todo le pasa a ella o alrededor de ella. Fue muy exigente. Imaginate que teníamos que hacer doce páginas de guión por día cuando lo normal son cuatro o cinco en cine. Y yo tenía diálogo todo el tiempo".

Entre los rodajes de Mildred Pierce y Carnage , estuvo el de Contagio (ver Una doctora...), con lo cual fueron casi tres años con bastante actividad. Winslet concluye diciendo: "La pasé muy bien rodando con Soderbergh. Puedo hablar muy bien de las tres experiencias. Fueron distintas, más o menos complejas, pero estoy contenta por haber participado en ellas. No hay mucha gente en el mundo que consiga trabajar con tres excelentes realizadores como ellos, así que no tengo de qué quejarme".