Juzgan a joven que manejaba con la pierna enyesada y atropelló a un chico
Comenzará mañana en los tribunales de esta ciudad el juicio contra un joven acusado de haber dejado totalmente incapacitado a un adolescente de 19 años al atropellarlo con su automóvil cuando conducía con una pierna enyesada y escapó.
Se trata de Franco Morata, quien está acusado como presunto autor de lesiones culposas agravadas a raíz del accidente que protagonizó el 31 de mayo de 2008 cuando con su pierna izquierda enyesada, conducía un Mini Cooper y atropelló a Nicolás Sánchez (19), provocándole heridas que lo dejaron incapacitado de por vida.
Según consta en el expediente, tras embestir a Sánchez cuando a alta velocidad cruzaba una esquina de barrio Nueva Córdoba, Morata se dió a la fuga, ocultó el vehículo y se escondió en Uruguay, hasta que una de las jóvenes que lo acompañaba esa madrugada se presentó días después ante la justicia y relató lo ocurrido.
El proceso está a cargo de la jueza en lo Correccional de Cuarta Nominación Susana Cordi Moreno y, según le anticipó esta tarde el abogado querellante Carlos Hairabedián, representante de la familia Sánchez, pedirá que por la gravedad del daño ocasionado se le aplique una pena de prisión efectiva que, según el Código Penal, podría ser de tres años.
En igual sentido se pronunció el fiscal correcional Aldo Patamia, quien al rechazar el año pasado la suspensión del juicio a prueba opinó que Morata debe ir a la cárcel por la "irresponsabilidad de conducir con una disminución física (pierna enyesada), circular a excesiva velocidad, las circunstancias del embestimiento y darse a la fuga".
Tras interpretar que "es de suma gravedad el hecho producido" y la necesidad de "sostener el derecho de la víctima a la tutela judicial efectiva", el fiscal señaló en ese pronunciamiento agravantes tales como ocultación de elementos probatorios por parte de Morata y eludir el accionar de la Justicia.
Sánchez, oriundo de la provincia de San Luis, estaba en Córdoba estudiando medicina y a raíz del accidente sus padres se trasladaron a esta ciudad para cuidarlo pues quedó incapacitado de por vida, con el agravante de que la madre entró en un cuadro depresivo y murió el año pasado.