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Justicia es mucho más que un fallo judicial

*Por Adrián Ventura. Los carteles de la tragedia de Once dicen "Justicia" . Pero "Justicia" no es sólo el fallo de un tribunal oral, sino también la responsabilidad política de los funcionarios.

Nota extraída del diario La Nación.

Los carteles de la tragedia de Once dicen "Justicia" . Pero "Justicia" no es sólo el fallo de un tribunal oral, sino también la responsabilidad política de los funcionarios.

Anteanoche, en Tecnópolis, la presidenta Cristina Kirchner afirmó que la Justicia determinará a los responsables. Es cierto que un tribunal oral decidirá quiénes serán los responsables penales. Pero eso es sólo parcialmente cierto, porque en realidad los familiares esperan una definición que la primera mandataria nunca tomó: definir quiénes son los responsables políticos de la tragedia.

Sólo así es completa la reparación de un caso en el que el Estado tiene alguna intervención . Sólo así se podrá decir que se hizo justicia.

¿Llegará alguna vez a alcanzarse semejante dosis de reparación?

Por lo pronto, el caso está bien encaminado para llegar rápidamente a juicio oral. Apenas ocurrido el hecho, el juez federal Claudio Bonadio y el fiscal Federico Delgado lo investigaron en un tiempo inusualmente rápido para los estándares judiciales argentinos. Por eso, a fin de este año o a comienzos de 2014, se celebrará el juicio oral y seguramente habrá condenas.

Por ahí no pasa el problema ni la incertidumbre de los familiares. Tampoco, por las indemnizaciones, porque una vez que un tribunal condena por el delito, la justicia civil tiene que determinar, sí o sí, una indemnización para reparar los daños de los heridos y de los familiares de los fallecidos.

Por eso, el reclamo de "Justicia" no parece apuntar sólo a esas cuestiones, sino a exigir, también, la responsabilidad de los funcionarios.

¿Alcanza con que el hilo se haya cortado por lo más delgado, con la renuncia de Juan Pablo Schiavi? Alguien dirá que también está imputado Ricardo Jaime, un hombre de trato fluido con los hermanos Cirigliano y que, dentro del esquema de la causa, es responsabilizado por no haber impedido el desvío del dinero de los subsidios. Pero ¿podría haber cometido una defraudación Jaime sin el consentimiento de sus superiores?

Son los funcionarios los responsables de una tragedia que comenzó a gestarse muchos años antes, con concesiones, actos de corrupción, desvíos de fondos y vista gorda. El maquinista fue el último eslabón de la tragedia.

Era la Presidenta, no un juez, la que tiene a su alcance fijar esa responsabilidad. Por eso, los familiares, cuando estuvieron ayer en el andén, abuchearon cuando se mencionó el nombre de la mandataria y el de Julio De Vido.

¿Por qué el Gobierno permitió que las líneas Sarmiento y Mitre continuaran funcionando en condiciones deplorables? ¿Por qué un gobierno acostumbrado a mirar con lupa las finanzas de sus enemigos no advirtió que había defraudación alrededor de los subsidios?

Pero hay también otros responsables políticos que hasta ahora nadie advirtió: los diputados y senadores de la Comisión Parlamentaria Mixta del Congreso, a quienes la Auditoría General de la Nación, que dirige Leandro Despouy, les envió varios informes alertando sobre gravísimas deficiencias en las líneas Sarmiento y Mitre.

En ningún caso esos legisladores trataron esos informes; nunca los tomaron en cuenta para adoptar una política pública y lo que es peor, a fines del año último, los legisladores del kirchnerismo intentaron destituir a Despouy. Una vez más, se recurrió a la política de desoír o eliminar los controles.