¿Juntan dinero para Jorge Mangeri? El caso Ángeles, Carlitos Menem y otros mitos urbanos

Una presunta abogada inundó las redes sociales con mentiras y absurdos acerca del crimen de Ángeles Rawson. Sigue diciendo que en ese domicilio funcionaba una mesa de dinero de un funcionario del gobierno y que cuando la descubrió Ángeles Rawson la mataron por eso. Y que el "perejil" de ese crimen es Jorge Mangeri.

Para ayudar al portero y su familia, llama a colaborar en una colecta depositando dinero en una cuenta bancaria.  No sabemos sí hay gente que pone su dinero en esa cuenta, pero que muchos siguen creyendo que Mangeri es inocente a pesar de las pruebas genéticas que lo involucran, los encontrás por todos lados.

Cuando escribimos sobre ese caso, nos enviaron centenares de e-mails insultantes porque decían que protegíamos el secreto de la calle Ravignani.

A todos les hacía la misma pregunta: ¿A qué te dedicas? Unos decían ser oficinistas, otro repositores de súper mercados y así la mayoría (la mayoría que respondía).  Si hay público que prefiere leer conspiraciones, que busque libros hermosos o mire series tipo "24" (no las recomiendo, son tremendamente adictivas).

Existen foros sobre el crimen de Ángeles Rawson donde participan muchos dando su opinión como si tuvieran la verdad revelada. Son más quienes defienden la inocencia del portero que los otros.

Una investigación que escribimos en menos de una hora y vos leés en menos de cinco minutos, lleva cientos de horas de trabajo de campo. Hablar con los investigadores reales del caso y colectar pruebas es una tarea que implica invertir muchísimo tiempo. Durante los primeros meses del caso Ángeles compartimos muchos tiempo con sabuesos que siempre corroboramos eran fidedignos. Muchas veces nos dijeron: "Esto que te cuento no es para publicar", mostramos a lo largo de muchos años que en eso somos confiables, y por eso nos dejan participar de esos encuentros.  Se guardan secretos que quizás nunca revelemos. Cuando un colega nos digo: "Eso que decís no figura en el expediente". La respuesta siempre es la misma: "Andá a EEUU a decirle a los gringos que el único asesino de Kennedy es Lee Harvey Oswald  -porque eso dice el millón y medio de carillas que compone el expediente- y te tiran por estúpido del cuarto piso de la Biblioteca de Texas".

Hace más de 15 años hubo tres informes de diferentes especialistas mundiales en accidentología aérea, todos organismos de intachable trayectoria. Los hicimos traducir del inglés técnico y llevó muchas horas de lectura y comparación entre los escritos. La conclusión de esas eminencias era una sola, el helicóptero en que volaba Carlitos Menem y Silvio Oltra cayó por una falla humana, jamás por un atentado.

Después supimos que dos modelos que viajaban en auto en la ruta a Rosario había sufrido un reventón de neumáticos, se lo comunicaron vía celular y Carlitos decidió bajar a ayudarlas, y en esa maniobra se estrelló con los cables de alta tensión que desde arriba son casi invisibles Una de esas modelos cuando vio caer la nave se acercó a la zona corriendo, al ver los cuerpos entre hierros se asustó y se alejó con la lógica histeria del momento. Cuando Zulema Yoma dijo que una supuesta tercera persona había estado en la nave y huyó después del accidente porqué había sido la culpable,  en realidad mezcló la verdad con la fantasía. Una rubia si escapó del lugar, pero no era pasajera sino quien esperaba que Carlitos le cambiara el neumático pinchado.

Dos personajes del entorno de Zulema pretendieron extorsionar a Carlos Menem, si no le ponían una montaña de dinero le seguían dando letra sobre el falso atentado. Uno de ellos era Carlos Rotundo, quien trajo de Libia en 1988/89 siete millones de dólares aportados por Kadafy para la campaña electoral del riojano. Rotundo quería recuperar ese dinero para él. Discípulo de José López Rega, nunca tuvo piedad ni de los muertos ni de los vivos.

El otro personaje es el "perrito" Locles, demostró en el juicio por el crimen de Mariano Ferreyra que no le tiembla el pulso para truchar evidencias. Locles está procesado en esa causa.

Ahora, si vende más la hipótesis del atentado al hijo del Presidente que la verdad del error humano, no cuentes con nosotros para leer eso.

El tercer mito urbano es suponer que Alfredo Yabrán puso un cadáver en la mesa de los forenses y está viviendo con otra identidad en algún lugar del mundo. Nadie cree que un tipo al que no le cortás la cabeza por menos de mil millones de dólares se pueda haber suicidad, pero fue así.  La última advertencia que recibió el cartero fue que se entregaba él o le tomaban un hijo. Don Alfredo eligió preservar a su familia y en ese campo de Larroque se voló los sesos.

Siempre puede vender más la conspiración que la verdad aunque a muchos no les guste. Por eso la pregunta del principio: ¿Vos hubieras que te diagnostique Giselle Rímolo o René Favaloro?, o ¿querés leer la realidad o que te contemos fantasías?