Júnior Benítez, el refuerzo dark de Boca: tatuajes góticos, calaveras y serpientes
La cara nueva de Boca demuestra que no le tiene miedo a nada. Muy activo en las redes, muestra una estética poco habitual.
Junior, conocido de esta manera por compartir nombre con su padre, desde chiquito tenía un sueño en su carrera: jugar en Boca. El futbolista, de 24 años, es un ferviente simpatizante del "Xeneize" y paradójicamente convirtió su primer tanto en Primera ante el club de sus amores y bajo la tutela de uno de sus ídolos: Guillermo Barros Schelotto.
Benítez, que llegó a Lanús a los 11 años y pasó por algunas Selecciones juveniles, fue transferido a mediados del año pasado al Benfica, a cambio de 3 millones de dólares. Nunca pudo adaptarse, y tras unos pocos amistosos, pasó cedido al Sporting Braga, donde solamente tuvo acción en 98 minutos, distribuidos en cuatro encuentros.
En las próximas horas firmará contrato a préstamo con Boca y se dará el lujo de calzarse la camiseta que siempre quiso y la que defendió uno de sus referentes futbolísticos, como lo fue Juan Román Riquelme.
Si bien en su paso por Lanús no fue de los más "bulliciosos" dentro del plantel, en las redes sociales se anima a mostrar una faceta más extrovertida. "Yo no pienso lo que dicen los demás, yo no escucho a los giles que hablan de más", es el fragmento de una canción de Fili Wey que eligió este jugador para describirse en Instagram.
Además de la música y los perros, Benítez siente pasión por los tatuajes. Su estilo preferido es el gótico en negro y gris. El polifuncional jugador tiene cubierto gran parte de su cuerpo, como muslos, pantorrillas, brazos y manos. Calaveras, rosas, animales, cadenas y naipes, las figuras más elegidas por JrB23.