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Junín: investigan una tercera muerte y harán cotejo genético con 8 sospechosos

El misterio del asesino serial de Junín crece, se multiplica. La preocupación es extrema. Ahora, la sospecha es que las muertes que se le atribuyen podrían ser más.

Hasta ahora se lo vinculaba con dos crímenes, pero en las últimas horas, la fiscal de la causa Vanina Lisazo, empezó a investigar un tercer caso.

La sospecha es que el asesino serial puede ser el autor material de un crimen ocurrido hace cuatro años en la ciudad, con la misma modalidad, con la misma técnica criminal. La víctima, como las otras, murió estrangulada.

Hasta ahora, lo que se determinó científicamente es que un mismo asesino mató a Sandra Colo en 2012, y a Paola Tomé, este año.

Esto se supo porque un mismo perfil genético aparece en la escena de ambos homicidios.

En un caso, ese ADN, apareció en el pañuelo que se usó para estrangular a Tomé, y en el otro caso, el de Colo, la víctima logró arañar al asesino, y conservó en sus uñas, el patrón genético.

Ahora, para avanzar en la causa, el 17 de febrero, se hará un cotejo genético que podría ser decisivo.

Se cotejará el perfil genético del asesino, aún no identificado, con ocho sospechosos de la causa.

Es decir, hay un perfil genético del criminal, pero falta ponerle nombre y apellido, saber quién es.

A Sandra Colo, la asesinaron el 16 de agosto de 2012. La golpearon y estrangularon en un salón de fiestas de Junín. Le robaron poco dinero, para disfrazar el móvil. Doce años atrás de ese crimen, a su hermana Claudia, también la habían asesinado en Junín.

En ese caso puntual, José Correa, el asesino de Claudia, fue condenado a perpetua. Mató a Claudia porque la mujer lo había denunciado por un robo en una empresa en la que trabajaban juntos.

La justicia confirmó que Correa no salió de la cárcel para la época del crimen de Sandra Colo, por lo que se lo descartó como sospechoso de los últimos crímenes.

El 16 de enero de este año, Paola Tomé, fue asesinada a golpes y por estrangulamiento en el local de venta de ropa de bebé que atendía en Junín.

Más allá del perfil genético del criminal detectado en ambos casos, hay otras coincidencias importantes.

Tanto a Tomé como a Sandra Colo, las mataron un día 16, en los dos casos, un jueves.

Las dos mujeres no se conocían entre sí. Las dos eran solteras, las dos jóvenes y ambas trabajaban en negocios vinculados a los niños.

En los dos casos, el criminal se encargó de borrar sus huellas dactilares de las escenas de los crímenes.

En el caso de Tomé, su cuñado está preso por homicidio. En el caso de Colo, el asesino de su hermana, está preso, también. El misterio sigue.