Julieta Prandi contó que su exmarido es pai umbanda y reveló que encontró animales muertos en su casa
La conductora contó parte de lo que vivió al lado de Claudio Contardi.
En “Es por ahí” (América) estaban presentando el tema de la macumba que le apareció al abogado de Cinthia Fernández, en plena guerra judicial con Matías Defederico. Pero el desconocimiento sobre el tema hizo que se abra una puerta hasta ahora desconocida.
En el marco de esa conversación, la conductora Julieta Prandi reveló que su exmarido Claudio Contardi es Pai umbanda y que fue testigo de cómo se manejan, qué hacen y para qué. “Si quiero puedo hacer una película con todo lo que vi”, aseguró.
“Entiendo un montón porque lo padecí mucho tiempo”, adelantó Julieta Prandi, justo antes de revelar algunas características que pudo descubrir durante su convivencia con Claudio Contardi, su exmarido y padre de sus dos hijos, que resultó ser Pai umbanda.
“Las personas que se dedican a esto cobran poder con tu miedo. Se alimentan de tu miedo”, contó. “Primero tienen gente a su cargo. Van amenazándote con lo que pueden hacer, y he visto muchísimas cosas. Y esto es la nada misma, porque en realidad se usan muchos animales para hacer trabajos”, advirtió.
La conductora sorprendió al revelar que descubrió sus prácticas cuando todavía vivía con él, y aseguró que encontró animales muertos dentro de su casa. “Se aletargó mi ida de casa por tantas amenazas que tuvieron que ver con eso”, afirmó.
“En el catolicismo tenemos un montón de santos y a cada uno se le pide algo. Lo mismo del otro lado, se pueden pedir cosas buenas, pero por lo general lo utilizan para mal”, dijo bajo la atenta mirada de sus compañeros que no podían creer la historia que estaba contando.
Al mismo tiempo, Julieta explicó que para sacarte de encima esos trabajos malintencionados es necesario limpiarse energéticamente. “Tenés que usar agua bendita, por supuesto. Hay personas que se dedican a eso. Vas aprendiendo a medida que te van pasando cosas”, detalló. Además, sumó el dato de que son prácticas costosas, tanto los ritos como las limpiezas.
“Chicos, no estoy contando nada nuevo, y no lo digo de mi caso nada más. Pregunten en la seguridad de los cementerios la cantidad de gente que va a la noche a matar animales, porque trabajan con los muertos, de ahí sacan los huesos, cráneos”, profundizó.
“Es un mundo oscuro y turbio al que no tenés ganas de entrar”, concluyó, sin querer ahondar más en su historia.
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