Jubilaciones son amores
Hoy, en el día de la mujer, quiero simplemente reivindicar las jubilaciones para las amas de casa, medida que dispuso Cristina Fernández sin tantos cursos de igualdad de género, sin tantas asesoras ni ministerios.
Cuando Cristina Kirchner fue presidente no había ministerio de la mujer o de género. No había Colectivo de Actrices y tampoco había tantas organizaciones para reclamar reivindicaciones que desde luego son necesarias.
Sin embargo fue Cristina Fernández la que impulsó la más importante reivindicación para las mujeres de los últimos años: la jubilación para las amas de casa. Y creo que todavía no se ha valorado la trascendencia de dicha medida y su incidencia en la lucha para lograr la equiparación entre los hombres y las mujeres.
El impacto de la contribución de las amas de casa en la economía real todavía es un número desconocido. Los políticos y economistas se quedan casi sin palabras para criticar y denostar a la ex Presidente (hoy vice) con aquella monstruosa medida. Pero jamás esos políticos y economistas se han dedicado aunque sea por un rato para medir el valor del trabajo de una mujer ama de casa.
Hace muchos años escribí en Ámbito Financiero sobre el valor económico de una mujer ama de casa. El 90 por ciento de los hogares no podría solventar ese impacto aunque lo cotizara a los humildes valores de una empleada por hora. En ese momento (cuando lo escribí en Ámbito Financiero) se calculaba que una persona con disponibilidad full time rondaba cerca de 1.800 (pesos-dólares). Reuniones de padres, van las madres. A la visita médica van las madres. Pero a la hora de medir el impacto de esas jubilaciones dicen que eso fue una pésima medida.
Hoy, en el día de la mujer, quiero simplemente reivindicar esa medida que dispuso Cristina Fernández sin tantos cursos de igualdad de género, sin tantas asesoras ni ministerios. Jubilaciones son amores. El resto es verso.
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