Joaquín Sabina, duro con Cuba
El cantautor andaluz asegura que régimen de la isla es una "gerontocracia que no sabe cómo abrir las puertas que inevitablemente se van a abrir".
Joaquín Sabina, a punto de realizar su primera gira por Estados Unidos en octubre, considera que el régimen cubano es una "gerontocracia" incapaz de "abrir las puertas".
El régimen de la isla es hoy una "gerontocracia que no sabe cómo abrir las puertas que inevitablemente se van a abrir", dijo en una entrevista reciente el artista, quien ha precisado que "suenan campanas de abrir puertas y ventanas y de reconciliación" entre los cubanos.
"Aquella revolución jovencísima que nos llenó a la gente de mi generación de ilusión en todo el mundo, fundamentalmente en Latinoamérica, ha envejecido mal", apuntó para luego añadir: "A mi todos los exilios me duelen".
El cantautor de 62 años actuará el próximo 23 de octubre en Miami, bastión del exilio cubano, acompañado con su banda al completo y como parte de su gira "El penúltimo tren", que lo llevará también a escenarios de Nueva York y de Los Ángeles.
Entre la gran cantidad de artistas con los que Sabina ha colaborado a lo largo de su carrera se encuentra Pablo Milanés, quien también tocó en Miami el pasado agosto por primera vez. Ese concierto desató fuertes críticas entre un sector del exilio cubano, que protesta por actuaciones de músicos de la isla que no han renegado del régimen castrista.
Sabina deja claro que su concierto en Miami "no tiene nada que ver con ningún tipo de política" y que lo encara con una "enorme curiosidad, con ganas" y con el deseo permanente de encontrar una "cierta complicidad en el público".
En su opinión, Cuba "ha vivido en condiciones muy duras, con unos bloqueos tremendos (....), pero mi viaje a Miami no tiene nada que ver con ningún tipo de política. De hecho mis canciones no son políticas".
El andaluz, que cuenta con quince discos grabados, explica con emoción que esta gira por Estados Unidos es, sin duda, una forma, a su edad, de "revivir una antigua juventud soñada" por escenarios que formaron parte de su imaginario sentimental, en el que se reconoce.
De hecho, le encanta, por ejemplo, el lado "modernista y art-deco de Miami" y esas casas con embarcadero... "Me gustaría perderme una noche por esas discotecas míticas de las películas americanas, encontrar ese clima de Scarface, bromea.
Otro aspecto que atrae a Sabina de una ciudad multicultural como Miami son las mujeres, a las que piropeó argumentando que su "sentido de la belleza femenina -dijo- está basado en el mestizaje". "No olvides que yo duermo todas las noches con una peruana y mi casa es como una especie de Latinoamérica en pequeño", dice entre risas el también escritor y poeta, que ahora está inmerso en la preparación de un disco a dúo con Joan Manuel Serrat.
De salud, Sabina afirma estar "perfectamente", con la adrenalina a pleno, junto a su banda y con "muchas ganas de hacer esa tribu que se forma durante los viajes", y más en un país al que llegará por primera vez.
Tras asegurar que se encuentra totalmente restablecido de la enfermedad que le obligó a suspender su gira por Estados Unidos en mayo pasado, ha comentado que es muy cierto que la felicidad y la justicia son las únicas obligaciones que debe cumplir un ser humano, como dijo el escritor argentino Borges.
Pero Borges no necesitaba ni la justicia ni la felicidad porque "escribía como los ángeles y los ángeles no se guían por esas normas".
Tras Miami, Sabina ofrecerá ocho conciertos en México, donde, al igual que en Estados Unidos, tiene previsto tocar, entre otros, temas de su último disco, Vinagre y rosas (2009), con el que ha ganado tres discos de platino.
A primeros de octubre se estrenará en Madrid Más de cien mentiras, un musical basado en la discografía del cantautor y que repasará alrededor de una treintena de sus conocidos temas.