Irán: un caso de guerra cibernética

Hay quienes en esto apuntan especialmente hacia China, como uno de los principales jugadores en lo que luce como un nuevo teatro de la guerra. Pero lo cierto es que, tanto los Estados Unidos como Israel, han definido al capítulo de la guerra cibernética como uno de los absolutamente prioritarios para los próximos años. Ocurre que, cuanto más moderna es una nación, más vulnerable es a este tipo de ataques.

Los Estados Unidos han creado ya un "Comando Cibernético" militar y han hecho algo parecido también dentro de la Agencia de Seguridad Nacional. Israel, por su parte, ha conformado la llamada Unidad 8.200, especializada en lo que podríamos denominar la "guerra cibernética". En Israel, recordemos, el departamento de Inteligencia es el más grande de todos dentro de sus fuerzas armadas y, a su vez dentro de él, la Unidad 8.200 sería la más importante y la que hoy crece con mayor ritmo. Para ambos países, la cuestión cibernética es absolutamente prioritaria.

Un episodio reciente parece pertenecer a este capítulo nuevo de las actividades militares. Me refiero al que afectara, de pronto, a la delicada operación del sistema de enriquecimiento de uranio iraní, que conforma un capítulo esencial del programa nuclear de ese país, que tiene preocupado al mundo entero y, muy particularmente a Israel, desde que los iraníes no ocultan -para nada- su deseo manifiesto de que el Estado de Israel deje de existir como tal.

Se trata, presumiblemente, de la acción derivada de un programa al que se conoce como "Stuxnet" desde el 2009, que parece atacar y afectar, dañándolos seriamente con un virus muy particular, a los sistemas industriales de comando fabricados por la empresa alemana Siemens. Una versión de ese programa -perfeccionada en el 2010- parece haber sido la responsable de algunos episodios recientes que tienen a Irán como escenario aparente. Entre ellos, los que afectaron al sistema denominado "Sismatic S-7", que es utilizado, entre otros, por los iraníes en su programa nuclear.