Internet neutral, diversa y democrática
*Por Ricardo Trotti. Seguramente, EE.UU. ratificará las políticas para que Internet siga siendo abierta y libre. De lo contrario, estará dando un pésimo ejemplo
Ronald Reagan fue calificado el mejor presidente de la historia de Estados Unidos, según un sondeo reciente de Gallup. Los encuestados ponderaron sus destrezas políticas, que derivaron en el derribo del Muro de Berlín, lo que se tradujo en más libertad y democracia en el mundo.
Sin embargo, los legisladores de su propio Partido Republicano parecen ahora alejados de aquellos ideales. Días atrás, por caso, se opusieron a una receta de neutralidad de la Web, que blinda al ciberespacio para que permanezca abierto, libre, razonablemente barato y sin limitar ni discriminar contenidos.
Esta fórmula da un carácter democrático a Internet, que se evidencia en la mala conducta de gobiernos autoritarios, como los de China y Cuba, que en estos días han impuesto una censura férrea para evitar que se propaguen los fuegos populares que prendieron en Libia, Egipto y demás países árabes.
Mientras el presidente Barack Obama cenaba con directivos de Google, Apple, Facebook y Twitter, en busca de fórmulas para que Internet ayude a impulsar el crecimiento, el empleo y aires democráticos, la Cámara de Representantes (diputados), de mayoría republicana, maniató una resolución que ordena preservar la naturaleza neutral y de libertad del ciberespacio.
Información e igualdad. El principio de neutralidad implica que las compañías de telecomunicaciones no pueden segregar información y servicios que proveen compañías que fabrican contenidos, así sean Google, WikiLeaks, Yahoo, Amazon, Facebook o cualquier periódico, página digital o blog . Las empresas transportadoras están obligadas a tratar toda información con igualdad; no pueden elegir qué quieren o les conviene transportar, ni cobrar tarifas diferenciadas para descargar datos en computadoras y teléfonos móviles, así sean livianos como noticias, mensajes y correos, o archivos pesados como fotografías, música, videos, telefonía, películas y televisión.
El carácter neutral evita que una compañía de telecomunicaciones pueda silenciar opiniones o informaciones, ya sea por no compartir esos contenidos por razones editoriales, políticas o económicas; por ejemplo, discriminar a Facebook por sobre Twitter porque la primera paga mejores tarifas o tiene una cláusula de exclusividad.
Se hace más evidente esta ecuación cuando se observa que en la mayoría de los países las telecomunicaciones están manejadas por monopolios, u oligopolios en el mejor de los casos, lo que dejaría a la Red en manos de unos pocos; y ni pensar que en muchas naciones, las únicas empresas transportadoras de datos pertenecen al Estado, lo que permite mayor manipulación. Tema que el presidente venezolano Hugo Chávez entiende muy bien, ya que legisló y obligó a los proveedores de Internet a restringir la difusión de información y el acceso a portales que critiquen al gobierno, promuevan el desorden público o actos contra la seguridad nacional.
Chile, en cambio, fue uno de los primeros países en adoptar una ley de neutralidad, en julio de 2010, la que refuerza su estabilidad económica, política y democrática.
El Senado de Estados Unidos, de mayoría demócrata, tendrá la última palabra sobre la neutralidad. Seguramente ratificará las políticas para que Internet siga siendo abierta y libre, en el que prosperen la diversidad y la pluralidad. De lo contrario, el país inventor y pionero de Internet estará dando un pésimo ejemplo a gobiernos que siempre buscan la excusa perfecta para evitar que la información no fluya libremente.