Sociedad
Inseguridad en vivo y en directo
* Por Ricardo Roa. Si algo no puede desaparecer de una sociedad es la policía. Sin policía, la gente queda desprotegida. Y en la ciudad de Buenos Aires, de un día para el otro, la Federal dejó de cuidar lugares públicos.
Abandonó los hospitales y se dispararon robos y agresiones. Y en protesta, hubo un paro de médicos. Sin custodia, las ambulancias dejaron de ir a las villas. Reclamaron vecinos de la 31 y un juez ordenó que una de ellas se quede todo el tiempo allí, con un patrullero al lado.
Salvo eso, todo sigue igual.
Ayer se vio en TV como el domingo un hombre entraba al Santojanni a puntazo limpio. Apuñaló a un joven que había llegado herido y esperaba en la guardia.
La presencia policial siempre es una señal . Su ausencia, también: convoca a los delincuentes porque disminuye los riesgos para ellos y aumenta proporcionalmente los riesgos para los demás.
Sobre todo para los más humildes, que no tienen otro lugar donde atenderse. Y que si llegan a un hospital es porque tienen problemas y están más indefensos que de costumbre.
Algo similar ocurre en las escuelas. Sin policías a la vista, se incrementaron los robos. Y ahora los chicos deben someterse a nuevas rutinas para no ser asaltados.
Ya hay senderos de seguridad en Recoleta y Palermo y se agregarán otros en Belgrano y Nuñez. Estarán a cargo de policías de la Metropolitana con la ayuda de comerciantes de los barrios (Ver: Por los robos, abren senderos seguros cerca de las escuelas).
Es inconcebible que la ministra Garré haya tomado decisiones así sólo porque la Ciudad está gobernada por un opositor.
No lo habría hecho si fuese un kirchnerista . Para muestra bastan los cientos de gendarmes enviados a los intendentes K del GBA.
También es de este mundo el caso de la combi atropellada por un camión. El chofer que la manejaba murió junto a otras 12 personas. Era camionero y había decidido dejar de serlo por los robos que sufría y el temor a ser asesinado. Terrible paradoja de un hombre que le escapaba a la inseguridad.
Salvo eso, todo sigue igual.
Ayer se vio en TV como el domingo un hombre entraba al Santojanni a puntazo limpio. Apuñaló a un joven que había llegado herido y esperaba en la guardia.
La presencia policial siempre es una señal . Su ausencia, también: convoca a los delincuentes porque disminuye los riesgos para ellos y aumenta proporcionalmente los riesgos para los demás.
Sobre todo para los más humildes, que no tienen otro lugar donde atenderse. Y que si llegan a un hospital es porque tienen problemas y están más indefensos que de costumbre.
Algo similar ocurre en las escuelas. Sin policías a la vista, se incrementaron los robos. Y ahora los chicos deben someterse a nuevas rutinas para no ser asaltados.
Ya hay senderos de seguridad en Recoleta y Palermo y se agregarán otros en Belgrano y Nuñez. Estarán a cargo de policías de la Metropolitana con la ayuda de comerciantes de los barrios (Ver: Por los robos, abren senderos seguros cerca de las escuelas).
Es inconcebible que la ministra Garré haya tomado decisiones así sólo porque la Ciudad está gobernada por un opositor.
No lo habría hecho si fuese un kirchnerista . Para muestra bastan los cientos de gendarmes enviados a los intendentes K del GBA.
También es de este mundo el caso de la combi atropellada por un camión. El chofer que la manejaba murió junto a otras 12 personas. Era camionero y había decidido dejar de serlo por los robos que sufría y el temor a ser asesinado. Terrible paradoja de un hombre que le escapaba a la inseguridad.