Del 23 al 29 de marzo de 2019 se produjeron 95 muertes por siniestros viales en todo el país; 38 de ellos (el 40%), en la provincia de Buenos Aires. Según informa el Ministerio de Transporte de la Nación. Lo que representa la baja del 90% desde el comienzo del aislamiento obligatorio para contener al corona virus.
Viviam Perrone , referente importante en seguridad vial desde que su hijo fue arrollado por un conductor negligente en Olivos en el año 2002; integrante de la asociación Madres del Dolor twiteo “Se alivia la otra pandemia silenciosa: las muertes viales PERO, al levantarse la cuarentena debemos cuidarnos más al conducir xq nuestros medicos no pueden tener + pacientes y nuestros hospitales no van a tener camas. A disminuir la cifra d 20 muertes x dia!” @viviamperroneOK
La Agencia Nacional de Seguridad Vial, comparó siete días sin cuarentena con siete días del aislamiento impuesto. La comparación arrojó que mientras en 2019 hubo 95 fallecimientos, este año fueron 12. Poco menos que las personas que a diario mueren en la Argentina por la inseguridad vial.
Con relación a la siniestralidad vial se considera importante el exceso de velocidad, el manejo imprudente y el consumo de bebidas alcohólicas; y es concomitante la falta de descanso del conductor, especialmente cuando se conduce durante trechos largos.
Un aspecto poco conocido a tener en cuenta es conducir por debajo de la velocidad mínima permitida, especialmente en rutas y autopistas, ya que causa un siniestro denominado “colisión por alcance”, es cuando un vehículo impacta desde atrás a otro que circula a menor velocidad. En la actualidad esta falta de tránsito no es penada.
Con relación a los robos y hurtos, la caída es considerable. Si bien las calles están vacias, la presencia policial funciona como prevención. En la última semana bajaron drásticamente los llamados al 99 por robos y hurtos. Las denuncias tienen poco que ver con delincuentes, están relacionadas con personas que han violado la cuarentena o desacatos a la autoridad policial. Según datos del Ministerio de Seguridad, los robos, hurtos y otros delitos vinculados con la inseguridad cayeron un 90% en todo el país; cifra por demás importante.
En lo que va del aislamiento obligatorio no se terminaron los femicidios, y es que muchas mujeres se ven obligadas a vivir aisladas, pero junto a sus agresores. El dato alarmante es que desde el comienzo del aislamiento obligatorio 12 mujeres fueron asesinadas en 14 días, según datos de la ONG La Casa del Encuentro. El aislamiento obligatorio rige desde el 20 de marzo, el día 21 hubo dos femicidios: el de Susana Melo (51), en Bahía Blanca, y el de Lorena Barreto (32), en Puerto Libertad, Misiones.
Tomando en cuenta las estadísticas podemos decir que del 20 al 26 de marzo hubo un 60% más de llamados al 144 y según los datos del Ministerio Público Fiscal en Bs. As. desde el 20 de marzo hubo 279 denuncias por violencia de género. Sólo durante la jornada del sábado 28 se contabilizaron cinco femicidios en Argentina, una cifra que sumamente preocupante. En tres de ellos las víctimas fueron niñas. Dos de ellas (de dos meses y la otra de dos años) fueron asesinadas por sus respectivos padres, en "venganza" de sus parejas, lo que es considerado "femicidio vinculado".
Según informan del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad Nacional, solo en el primer día de cuarentena obligatoria, el 144 atendió unos 5 mil llamados: un 30% más que lo habitual-y de ese total- unos 500 llamados fueron por casos extremos, de emergencia.
Dicho Ministerio anunció hace unos días, junto a la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) una nueva forma de contactarse con el 144. El código del barbijo rojo. Este nuevo código del barbijo rojo se utiliza en las farmacias barriales o de confianza de la mujer desde el 1° de abril, y funcionaría así: ante situaciones de urgencia, al pedir un barbijo rojo, les trabajadores de la farmacia sabrán que deben gestionar la comunicación con la línea.
La intervención policial requiere de un acto consumado y debe ser posible probarlo, siempre es “post-facto”, evidentemente la solución no está por ese camino.
Las penas en vigencia lamentablemente no disminuyen el delito y tampoco lo hace la mano dura; quienes cometen este delito han atravesado experiencias de vida que los formaron como maltratadores, golpeadores o femicidas. Los delitos de violencia contra la mujer aumentan año a año y los especialistas, que no somos quienes opinamos o los que presentan y sostienen la lucha y el reclamo en nombre de las víctimas, no dan en la tecla con la solución del problema.
Se requiere que se instrumente más estudio y dedicación a la atención de este flagelo y no a la forma de castigarlo cuando ya ha es un hecho consumado.
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