Inicia el camino
El seleccionado argentino busca meterse por quinta vez consecutiva entre los cuatro mejores equipos del certamen y se mide con Alemania, por el Grupo A de Turquía 2010.
El seleccionado argentino de básquetbol, pese al golpe anímico que significó la baja de Andrés Nocioni, buscará desde esta tarde alcanzar el hito de meterse por quinta vez consecutiva entre los cuatro mejores equipos del torneo cuando juegue ante Alemania, por la primera fecha del Grupo A del Campeonato Mundial de Turquía.
El encuentro se jugará en el moderno estadio Karis Has Arena, de Kayseri a las 21.30 hora local (15.30 de la Argentina).
Argentina ya había dejado atrás la mala racha de lesiones y encaminado su ritmo de juego en los amistosos previos al Mundial, al punto que el entrenador Sergio Hernández no ocultaba su optimismo por haber contado con el plantel completo por primera vez en la obtención de la Copa Efes Pilsen, en Ankara, ante el seleccionado local.
No obstante, a pocas horas después de haber llegado a Kayseri, en el centro del país, el ánimo del plantel cambió al conocerse la exigencia de Philadelphia Sixers, el equipo NBA de Andrés Nocioni, que le impidió al alero jugar el Mundial para que no se agravara su esguince en el tobillo izquierdo.
Los jugadores y el cuerpo técnico reconocen que el objetivo es meterse por quinta vez consecutiva entre los cuatro semifinalistas del torneo.
Argentina finalizó segunda en el Mundial de Indianápolis 2002, fue campeona en los Juegos Olímpicos (JO) de Atenas 2004, cuarta en el Mundial de Japón 2006 y tercera en los JO de Pekín 2008.
Para Argentina, que ocupa el número uno en el ranking de la FIBA, será clave ganar el grupo A, lo que le serviría –a priori- para evitar un cruce peligroso en octavos de final y no tener que enfrentar al actual campeón del mundo, España, en un eventual choque de cuartos de final.
Sesenta años después de su único título mundial, Argentina apoya su ambición en el oficio, el carácter y el temple de un conjunto cuyo quinteto inicial (Pablo Prigioni, Carlos Delfino, Hernán Jasen, Luis Scola y Fabricio Oberto) cuenta con una química difícil de igualar por los otros equipos.
La columna vertebral argentina está conformada por Scola y Prigioni, quienes se conocen desde sus años en el TAU vasco, y Delfino, que brilló en la etapa preparatoria y con sus actuaciones logró hacer olvidar momentáneamente a Emanuel ‘Manu' Ginóbili.
En tanto, la ausencia de Nocioni obligará a Delfino, Scola, Oberto, Quinteros y Leonardo Gutiérrez a tomar mayores responsabilidades ofensivas, mientras que el bahiense Jasen y el correntino Federico Kammerichs deberán ocuparse del aspecto defensivo, con fuertes marcas y toma de rebotes.
Los puntos flojos del seleccionado que conduce técnicamente Sergio Hernández son el elevado promedio de edad (29,8 años), los recurrentes problemas musculares de varios jugadores y la falta de garantía en los recambios, algo que puede sentirse en un torneo desgastante que obliga a los equipos que llegan a los cuartos de final a disputar nueve partidos en 15 días.
Y el primer examen lo tendrá contra la renovada Alemania, en un enfrentamiento que lo coloca como favorito para el triunfo. Argentina nunca perdió con Alemania en sus tres enfrentamientos en Mundiales: Canadá 1994 (85-71), en Indianápolis 2002 (86-80) y en Japón 2006 (77-66).
El equipo germano ha tendido que adaptarse a jugar sin Dirk Nowitzki, quien absorbía el 90 por ciento de las jugadas ofensivas.
Es un equipo joven, que tiene gente muy alta para pelear los rebotes, donde se destaca el ala pivote Jan Hendrik Jagla. (Télam).-
El encuentro se jugará en el moderno estadio Karis Has Arena, de Kayseri a las 21.30 hora local (15.30 de la Argentina).
Argentina ya había dejado atrás la mala racha de lesiones y encaminado su ritmo de juego en los amistosos previos al Mundial, al punto que el entrenador Sergio Hernández no ocultaba su optimismo por haber contado con el plantel completo por primera vez en la obtención de la Copa Efes Pilsen, en Ankara, ante el seleccionado local.
No obstante, a pocas horas después de haber llegado a Kayseri, en el centro del país, el ánimo del plantel cambió al conocerse la exigencia de Philadelphia Sixers, el equipo NBA de Andrés Nocioni, que le impidió al alero jugar el Mundial para que no se agravara su esguince en el tobillo izquierdo.
Los jugadores y el cuerpo técnico reconocen que el objetivo es meterse por quinta vez consecutiva entre los cuatro semifinalistas del torneo.
Argentina finalizó segunda en el Mundial de Indianápolis 2002, fue campeona en los Juegos Olímpicos (JO) de Atenas 2004, cuarta en el Mundial de Japón 2006 y tercera en los JO de Pekín 2008.
Para Argentina, que ocupa el número uno en el ranking de la FIBA, será clave ganar el grupo A, lo que le serviría –a priori- para evitar un cruce peligroso en octavos de final y no tener que enfrentar al actual campeón del mundo, España, en un eventual choque de cuartos de final.
Sesenta años después de su único título mundial, Argentina apoya su ambición en el oficio, el carácter y el temple de un conjunto cuyo quinteto inicial (Pablo Prigioni, Carlos Delfino, Hernán Jasen, Luis Scola y Fabricio Oberto) cuenta con una química difícil de igualar por los otros equipos.
La columna vertebral argentina está conformada por Scola y Prigioni, quienes se conocen desde sus años en el TAU vasco, y Delfino, que brilló en la etapa preparatoria y con sus actuaciones logró hacer olvidar momentáneamente a Emanuel ‘Manu' Ginóbili.
En tanto, la ausencia de Nocioni obligará a Delfino, Scola, Oberto, Quinteros y Leonardo Gutiérrez a tomar mayores responsabilidades ofensivas, mientras que el bahiense Jasen y el correntino Federico Kammerichs deberán ocuparse del aspecto defensivo, con fuertes marcas y toma de rebotes.
Los puntos flojos del seleccionado que conduce técnicamente Sergio Hernández son el elevado promedio de edad (29,8 años), los recurrentes problemas musculares de varios jugadores y la falta de garantía en los recambios, algo que puede sentirse en un torneo desgastante que obliga a los equipos que llegan a los cuartos de final a disputar nueve partidos en 15 días.
Y el primer examen lo tendrá contra la renovada Alemania, en un enfrentamiento que lo coloca como favorito para el triunfo. Argentina nunca perdió con Alemania en sus tres enfrentamientos en Mundiales: Canadá 1994 (85-71), en Indianápolis 2002 (86-80) y en Japón 2006 (77-66).
El equipo germano ha tendido que adaptarse a jugar sin Dirk Nowitzki, quien absorbía el 90 por ciento de las jugadas ofensivas.
Es un equipo joven, que tiene gente muy alta para pelear los rebotes, donde se destaca el ala pivote Jan Hendrik Jagla. (Télam).-