Inflación no es lo mismo que precio diferencial
* Por Guillermo Sabbioni. En un programa de televisión reciente, participaban como invitados un conocido empresario de la carne, el presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires y el presidente de la Asociación de Defensa de Derechos de Usuarios y Consumidores.
Los tres coincidían en el significativo diferencial de precios para el asado, la cuadrada y el lomo, según el comercio donde se vende el producto.
En general, los consumidores saben esto mejor que nadie. El ama de casa que destina algunas horas por día a hacer las compras ya sabe que la carne no cuesta lo mismo en los hipermercados que en las carnicerías, que la manzana no cuesta lo mismo en una verdulería de barrio que en un supermercado y que el pan no cuesta lo mismo en los hipermercados que en las panaderías.
Los diferenciales de precios han existido siempre, en períodos de inflación alta, de inflación baja, de deflación y de estabilidad de precios. Siempre es así, en todos los países. En las universidades alrededor del mundo, los investigadores especializados en economía y comercialización están en condiciones de explicar por qué los mismos productos tienen precios diferentes, según el punto de venta. Estas explicaciones se enfocan en factores que afectan la oferta o la demanda.
Explicar las razones por las cuales la carne no cuesta lo mismo en todos lados es apuntar a una cuestión muy diferente a la inflación. Para analizar si existe inflación, la pregunta que debemos formular es la siguiente: ¿cuánto costaba el kilo de cuadril hace un año en la carnicería de Don Pepe y cuánto cuesta hoy el kilo de cuadril en la misma carnicería? Igualmente, ¿cuánto cuesta hoy un kilo de pan felipe en el hipermercado a diez cuadras de mi casa y cuánto costaba hace un año? ¿Cuánto pagaba hace un año por cortarme el pelo en la peluquería a la vuelta de mi oficina y cuánto me cuesta ahora? Si el corte de pelo hoy cuesta más caro en la peluquería de Roberto Giordano, es irrelevante a la hora de analizar la inflación.
La inflación no es causada por el fenómeno del diferencial de precios. Son dos cosas diferentes.
El diferencial de precios entre distintos puntos de venta existe ahora y existió siempre. Si queremos buscar alguna asociación entre ambos conceptos, podría decirse que la inflación permite que el diferencial de precios se exacerbe. Esto es así debido a que cuando aumentan los precios en forma generalizada, el consumidor empieza a perder la noción de cuánto cuestan los productos y pasa a preocuparse más por comprar hoy que por comparar precios. El consumidor no puede correr el riesgo de no comprar un producto porque la semana pasada lo vio más barato en otro comercio, ya que es posible que al volver a dicho comercio el precio ya haya aumentado nuevamente.
Atacar los precios diferenciales es desconocer la evidencia empírica alrededor del mundo y décadas de investigación de la ciencia económica sobre estas cuestiones. La inflación no es consecuencia de este tipo de fenómeno. Por el contrario, la relación de causalidad es probablemente la inversa: l a existencia de inflación posibilita la ampliación de los diferenciales de precios.
Criticar los precios diferenciales es enfocar una de las consecuencias de la inflación, en vez de las causas.