Inflación, inseguridad y crisis económica, la ansiedad no para de crecer entre los argentinos
Haces meses que la crisis socioecónomica se profundizó en Argentina. Un país que no para de sufrir genera habitantes angustiados. ¿Qué podemos hacer para sobrellevar este proceso?
En los últimos meses, nuestro país esta sumido en una profunda crisis económica, acompañada por los ingredientes tradicionales que componen la receta Argentina: inseguridad y crisis social. Sin embargo, a este peligroso cóctel se suma la desesperanza, lo que aumenta la ansiedad.
Chequear los precios en cada compra, planificar el menú basándonos en los precios menos altos (porque ya no podemos decir "más bajos"), intentar alimentar a nuestros hijos de la mejor manera, rogar que no haga mucho frío ni mucho calor porque no sabemos cuánto nos va a venir en la próxima factura de luz y gas, no saber de cuánto va a ser la suba de las expensas, con qué nos vamos a encontrar el próximo mes a la hora de pagar la cuota del colegio o cuál va a ser el porcentaje que habrá que sumarle al pago del alquiler porque ya casi no se respetan los contratos firmados con la "ley vieja" porque a los dueños no les alcanza con el monto arreglado de manera anual, pero a los inquilinos tampoco para pagar lo que se pretende porque los sueldos quedan siempre por debajo de la inflación.
A tooodo eso, vamos a sumarle el sentirse descuidado ante una epidemia de dengue como la que estamos atravesamos. ¿Qué pasa? Se amplía aún más ese sentimiento de tristeza y desolación que sienten los argentinos.
Pero como estamos acostumbrados a "remar en dulce de leche", las preguntas que inmediatamente se nos vienen a la cabeza luego de hacer la larga lista de contratiempos que nos afectan son: ¿cómo podemos sobrellevar esta situación? ¿Qué podemos hacer para que no se nos haga tan pesado el día a día?
Al respecto, InfoVeloz conversó con Ricardo Antonowicz, psicoanalista. Es ex jefe de servicio de Psicología del Sanatorio Municipal Dr. Julio Méndez y excoordinador de actividades asistenciales del hospital Borda (MN 11556).
"La realidad social está poco a poco tomando el centro de la subjetividad de los argentinos. La población se ve afectada psicológicamente por la situación económica ya que la pone cara a cara con la impotencia de no poder satisfacer las necesidades materiales propias y de los hijos", comienza explicando Antonowicz.
"Para peor, la incertidumbre sobre el final de la crisis agrava cuadros depresivos preexistentes. Claramente, hay un temor generalizado a perder el empleo, la vivienda, la seguridad alimentaria y la salud como elementos preponderantes en el malestar colectivo", profundiza.
Sobre la salud mental y estrés detalla: "Además, hay un impacto acumulativo de experiencias estresantes, desde los años de pandemia hasta el contexto electoral tenso y agresivo que se vivió más recientemente".
Y se suma algo no menor: la alimentación. "El impacto que genera sobre la salud nutricional bajar la calidad de la alimentación. Y no es menor que en la agenda de los gobernantes en ningún momento está presente el tema de salud mental".
Cómo podemos sobrellevar esta situación
"Hay tres pilares a los que los argentinos deben aferrarse como estrategia fundamental para lograr cierto bienestar", Antonowicz recomienda:
- 1 - El primero es el arte, ya que el deseo de actuar, escribir o pintar crea una sensación placentera. Las expresiones artísticas permiten llenar vacíos y ayudan a reducir tensiones internas. Además, toda producción artística genera una buena sensación física y aleja preocupaciones.
- 2- Luego tenemos el humor que es un protector antiestrés. La risa, la comicidad, la ocurrencia repentina nos habla de grandeza de espíritu y lo que triunfa es el goce. Para la fisiología, la risa es analgésica, es sedante. El humor va acompañado de la pulsión de vida. Cada vez que uno hace una broma, algo del inconsciente se pone en juego. Reírnos de nosotros mismos puede ser beneficioso para nuestra salud psíquica.
- 3- Por último, el deporte ofrece un alivio. Tiene implícito un trípode conceptual que incluye juego, actividad física y competitividad para quien lo practica. Es saludable, libera tensiones y proporciona capacidad de asombro. No hace falta concurrir a un gimnasio, ponerse en movimiento 15 minutos todos los días es suficiente para cambiar la energía.
Lo que queda para contrarrestar los efectos de esta "Argentina angustiada" es apoyarse en los vínculos sanos, en el entorno saludable y la comunicación efectiva y afectiva.
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