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Inflación imparable: la canasta básica de los jubilados ya superó los $49.000
Tuvo una suba del 31,2% en un año. La cifra se aleja mucho de la mínima.
Debido a la suba de los precios de los alimentos, remedios y servicios del hogar, la canasta básica de los adultos mayores ya vale $ 49.614. En relación a fines de septiembre de 2019, cuando ascendía a $ 37.815, representa un incremento del 31,2%, según los cálculos de la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires.
“Esta medición contempla los costos de vida para jubilados y jubiladas que viven en grandes ciudades, como gastos de vivienda promediando los que alquilan una vivienda ya sea solos o compartida, o tienen vivienda propia. También alimentos, productos de higiene y limpieza, medicación y artículos de farmacia, impuestos y servicios, transporte, vestimenta y gastos de recreación”, explica el Defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino. Y agrega que, por la pandemia, “esta medición incluye los gastos vinculados al cuidado y prevención de la enfermedad en este grupo vulnerable y otros rubros- como taxis, remises- por no poder acceder al transporte público”.
Para Semino, el valor de la canasta básica “continúa denotando un desfasaje con los haberes de alrededor de 2.500.000 jubilados y pensionados que perciben una remuneración mínima de $ 18.129, quienes apenas alcanzan a cubrir un 30% de las necesidades básicas que deberían garantizar su vida digna. Sin olvidar que las Pensiones No Contributivas y la Pensión Universal para Adultos Mayores están en un rango del 70 – 80% menos de la jubilación mínima, $12.689 y $ 14.503 respectivamente, que perciben aproximadamente 1.300.000 de personas".
En resumen, para Semino “más de un 70% de los mayores no pueden cubrir sus necesidades básicas. Inclusive, los que perciben 2 haberes estarían sólo aproximándose a los valores de esta canasta”.
De acuerdo a los datos oficiales, en los últimos tres años, las jubilaciones y pensiones mínimas tuvieron una pérdida del 14,8% y las más altas un retroceso del 21,8% en términos reales. Las pérdidas comprenden a casi seis millones de beneficiarios, así como 1,6 millones de pensiones no contributivas y otros 170.000 de beneficios de adulto mayor.
En base a estas cifras, la Defensoría sigue reclamando la recomposición de los haberes de jubilados y pensionados con el pago de los 6 puntos del mes de diciembre de 2017 del llamado factor empalme ya reconocidos por la Corte Suprema en el caso Miguel Fernández Pastor.
"También los 19,5 puntos perdidos en el bienio 2018/19, reclamados oportunamente por la Defensoría y reconocidos por el actual Presidente durante su campaña electoral. Y el pago de las diferencias de los reajustes, todos hacia la baja en relación a los que hubiere generado la suspendida Ley de Movilidad, de marzo, junio y setiembre, en razón de que los Decretos que los establecieron están cuestionados por inconstitucionales en el Amparo Colectivo que patrocina la Defensoría y que está a conocimiento de la Corte Suprema”, dijo Semino a Clarín.
“Esta medición contempla los costos de vida para jubilados y jubiladas que viven en grandes ciudades, como gastos de vivienda promediando los que alquilan una vivienda ya sea solos o compartida, o tienen vivienda propia. También alimentos, productos de higiene y limpieza, medicación y artículos de farmacia, impuestos y servicios, transporte, vestimenta y gastos de recreación”, explica el Defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino. Y agrega que, por la pandemia, “esta medición incluye los gastos vinculados al cuidado y prevención de la enfermedad en este grupo vulnerable y otros rubros- como taxis, remises- por no poder acceder al transporte público”.
Para Semino, el valor de la canasta básica “continúa denotando un desfasaje con los haberes de alrededor de 2.500.000 jubilados y pensionados que perciben una remuneración mínima de $ 18.129, quienes apenas alcanzan a cubrir un 30% de las necesidades básicas que deberían garantizar su vida digna. Sin olvidar que las Pensiones No Contributivas y la Pensión Universal para Adultos Mayores están en un rango del 70 – 80% menos de la jubilación mínima, $12.689 y $ 14.503 respectivamente, que perciben aproximadamente 1.300.000 de personas".
En resumen, para Semino “más de un 70% de los mayores no pueden cubrir sus necesidades básicas. Inclusive, los que perciben 2 haberes estarían sólo aproximándose a los valores de esta canasta”.
De acuerdo a los datos oficiales, en los últimos tres años, las jubilaciones y pensiones mínimas tuvieron una pérdida del 14,8% y las más altas un retroceso del 21,8% en términos reales. Las pérdidas comprenden a casi seis millones de beneficiarios, así como 1,6 millones de pensiones no contributivas y otros 170.000 de beneficios de adulto mayor.
En base a estas cifras, la Defensoría sigue reclamando la recomposición de los haberes de jubilados y pensionados con el pago de los 6 puntos del mes de diciembre de 2017 del llamado factor empalme ya reconocidos por la Corte Suprema en el caso Miguel Fernández Pastor.
"También los 19,5 puntos perdidos en el bienio 2018/19, reclamados oportunamente por la Defensoría y reconocidos por el actual Presidente durante su campaña electoral. Y el pago de las diferencias de los reajustes, todos hacia la baja en relación a los que hubiere generado la suspendida Ley de Movilidad, de marzo, junio y setiembre, en razón de que los Decretos que los establecieron están cuestionados por inconstitucionales en el Amparo Colectivo que patrocina la Defensoría y que está a conocimiento de la Corte Suprema”, dijo Semino a Clarín.
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