Infecciones hospitalarias, el enemigo
Las enfermedades contraídas en hospitales están entre las principales causas de defunción y morbilidad de los pacientes.
En el mismo lugar en donde un paciente que se interna va a buscar remedio y sanación puede estar esperándolo un enemigo mortal: las infecciones hospitalarias, tan temidas y con razón por médicos, enfermeras y personal de la salud.
Esto es lo que ha confirmado el primer estudio sistemático local sobre el tema, conocido recientemente. Según los registros tomados en 35 hospitales de agudos de nueve provincias argentinas, uno de cada diez pacientes hospitalizados desarrolla una infección causada por alguno de los microorganismos que habitan en las manos, las superficies de la habitación o los dispositivos de asistencia, y que son capaces de agravar su estado de salud rápidamente. En el ranking hecho sobre la posibilidad de contraer una nueva enfermedad adquirida, figura en primer lugar la neumonía, seguida de las infecciones urinarias, del sitio quirúrgico, la sangre o los tejidos blandos.
Aunque se cuenta en la Argentina con un programa nacional de control de infecciones, nuestro país es "débil" para enfrentar este problema, como señaló el equipo dirigido por el doctor Ricardo Durlach, infectólogo y autor principal del mencionado estudio que analiza la información obtenida de 4249 pacientes internados. De ellos, el 11,3 por ciento desarrolló una infección por una bacteria adquirida en el hospital, y de los 1229 pacientes que habían pasado por un quirófano, el equipo comprobó que el 10,2% había desarrollado una infección en el sitio de la cirugía.
Las infecciones nosocomiales ocurren en todo el mundo y afectan tanto a los países desarrollados como a los carentes de recursos. Estas infecciones están entre las principales causas de defunción y de aumento de la morbilidad en pacientes hospitalizados.
En la Argentina, señala el estudio local, las tres infecciones hospitalarias más comunes triplican las cifras de la Encuesta 2006 de Prevalencia de Infecciones Nosocomiales en Cuatro Países, que se toma como parámetro con una prevalencia del 7,6 por ciento. Esta encuesta es el resultado de un relevamiento hecho en 2006 en hospitales de cuatro países, Inglaterra, Gales, Irlanda y Sudáfrica, para conocer cuántas infecciones hospitalarias se producían allí, en donde hay programas de control.
Aunque este tipo de infecciones no puedan evitarse en un ciento por ciento, es necesario implementar mejores prácticas para reducir al máximo su incidencia. Suelen ser los pacientes internados en terapia intensiva, los niños y los ancianos y quienes tienen alguna condición predisponente como desnutrición, cáncer o enfermedades debilitantes, la población más vulnerable.
Los autores del estudio local coinciden en afirmar que, entre los principales factores de riesgo que debe tener en cuenta el equipo de salud para la prevención de las infecciones nosocomiales, están los procedimientos realizados con instrumentos y el uso de la nutrición parenteral, los catéteres intravasculares y los respiradores mecánicos. Según las guías existentes, estos riesgos pueden ser prevenidos con el lavado de manos antes y después de atender un paciente, el uso correcto de los antibióticos, la higiene del ambiente y la desinfección de los equipos de asistencia.
Es de destacar, entonces, la importancia de poder contar en la actualidad con este primer estudio sistemático del ámbito local sobre las infecciones hospitalarias, ya que la información que proporciona es de interés prioritario no sólo para los profesionales, sino también para el resto de la sociedad. El conocimiento en profundidad de los temas de la salud permitirá al Estado una mejor planificación de las políticas sanitarias, pero el resto de la comunidad debe estar también atento a las novedades que surjan en este ámbito.