Indec: durísimo informe de la UBA sugiere ayuda técnica pero no del FMI
Tras la entrega del estudio de cinco universidades a Boudou, la de Buenos Aires difundió sus propias conclusiones críticas.
Apenas Amado Boudou tuvo en sus manos el informe sobre el Indec que las cinco universidades nacionales realizaron a su pedido, les advirtió a los tres representantes académicos que se lo habían entregado: "Su difusión queda a cargo del Ministerio de Economía". Pasaron 48 horas y ese documento sigue guardado bajo siete llaves en el Palacio de Hacienda. Pero eso no impidió que la Universidad de Buenos Aires (UBA) revelara su propio trabajo técnico, con varios pasajes críticos, que contiene parte de las consideraciones que volcaron en el texto consensuado con las demás casas de altos estudios.
En las 55 páginas liberadas ayer, la UBA habla de "intervención" en el organismo, "pérdida de credibilidad" del vapuleado Indice de Precios al Consumidor (IPC), de la partida de "valiosos recursos humanos", y propone una "reestructuración del Instituto" con la ayuda de organismos internacionales, pero no específicamente del FMI, al que, en cambio, sí apeló el Gobierno.
"De acuerdo con los datos oficiales la tasa de aumento del nivel general de precios minoristas captada por el IPC mostró una disminución a partir del 2007. Fue ese el momento a partir del cual se verificó la intervención del organismo oficial y ocurrieron cambios en la metodología de recolección de datos".
El Gobierno nunca reconoció la palabra "intervención" para referirse a los cambios dentro del Indec que derivaron en el desplazamiento de Graciela Bevacqua. A principios de 2007, comenzaron a multiplicarse las denuncias sobre la supuesta adulteración de los índices.
Todas apuntaban contra el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
En otro tramo, volviendo sobre el cuestionado índice de inflación minorista, el trabajo sostiene que "la pérdida de credibilidad de los indicadores oficiales de precios llevó al abandono de cualquier referencia a ellos en las discusiones salariales". Y añade: "Los salarios nominales crecieron muy por encima de la evolución del IPC informado por el Indec, sin que ni trabajadores ni empresarios parezcan juzgar que se trató de un agudo incremento en el poder de compra de las remuneraciones"
En el quinto punto llegan las conclusiones, y se afirma: "El descrédito sobre las estadísticas se ha dado paralelamente con un deterioro en el funcionamiento del Instituto y con la pérdida de valiosos recursos humanos debido a alejamientos y desplazamientos de carácter involuntario".
Además, la casa de altos estudios concluye que el descrédito del Indec va más allá de una fórmula para calcular un índice. "La magnitud de las discrepancias observadas en la Argentina entre las estadísticas oficiales, en particular en materia de precios, y otras estimaciones e indicadores, tanto públicos como privados, excede por mucho debates de orden metodológico", señala la UBA, antes de apuntar contra el "marco institucional de producción de aquellas estadísticas". "En el caso del Indec, el problema es de naturaleza fundamentalmente institucional", dice el texto.
Data. El informe de la UBA está fechado en julio de 2010. Y el que firmó el Consejo Académico de Evaluación y Seguimiento del Indec (CAES) tiene al menos dos meses. Durante todo ese tiempo, Boudou dilató la recepción del trabajo. Pero el pasado jueves, de urgencia, convocó a los representantes de las universidades pero no a sus rectores, bajo un nuevo contexto: la ayuda del FMI para elaborar un IPC nacional. Pero el malestar de las universidades comenzó antes, cuando apuntaron al director técnico del Indec, Norberto Itzcovich, por la demora y la falta de información.
En sus últimas páginas, el informe repasa punto por punto una serie de recomendaciones para la reestructuración del Indec, entre ellas, garantizar "la independencia de su gestión técnica". Pero para la implementación del "plan", la UBA recomienda "la asistencia y cooperación de organismos supranacionales" como Eurosat (el "Indec europeo"), la Cepal y agencias nacionales. Aunque toman como referencia varios de sus manuales, el FMI no figura en el listado de las entidades que pueden aportar sus equipos técnicos.