Iñaki Urlezaga: "El día que deje de bailar, disfrutaré de otras maneras"
Por Laura Falcoff* Entrevista. Hará "Cascanueces" Vive en La Plata, su ciudad natal, donde ensaya para el montaje del ballet que subirá al Opera Citi el próximo fin de semana. Dice que es un gran cocinero, que le gustaría jugar al tenis y adelanta proyectos, en Canadá y Holanda.
El próximo viernes el Ballet Concierto y el bailarín Iñaki Urlezaga -que también encabeza el elenco- estrenarán una versión del tradicionalCascanueces , cuyo debut original ocurrió en San Petersburgo en 1892. Los autores fueron el célebre Marius Petipa y su asistente Lev Ivanov y la música fue especialmente compuesta por P.I. Chaikovski.
Con el correr de los años Cascanueces , inspirado indirectamente en un relato de sesgo algo siniestro de E. T. A. Hoffmann -aunque pasado por el tamiz edulcorado de Alexandre Dumas-, fue tornándose en un espectáculo muy apropiado para el público infantil, particularmente en los países anglosajones (ver Qué fenómeno ). Pero también un cierto número de coreógrafos, entre ellos Rudolf Nureyev y Maurice Béjart, enfocaron sus respectivos montajes desde un ángulo, hasta cierto punto, psicoanalítico.
No es el caso de esta versión de Urlezaga, que no se inclinó por ninguna de esas variantes. "El Teatro Argentino de La Plata me ofreció hace cuatro años montar un Cascanueces , pero no lo pensé para niños porque eso le quitaría relevancia a la coreografía. Me interesa esta obra sobre todo en su carácter de gran ballet del repertorio clásico, más allá de que los chicos puedan disfrutarla. Aunque en este montaje sí incluyo más niños bailarines que en el de La Plata".
¿En qué se diferencia tu versión de otras que hayas visto o que hayas bailado? Yo bailé la versión inglesa, que es muy fiel a la original de Petipa, también la de Nureyev y otra en Holanda, que es también muy diferente. Cuando creé mi propio montaje para el Ballet del Teatro Argentino de La Plata me interesó cómo encarar una obra clásica 120 años después de estrenada. Petipa fue un genio, un gran creador que hizo verdaderamente todo; pero las posibilidades técnicas de los bailarines no son hoy las mismas que hace un siglo. Teniendo la posibilidad de hacer una nueva puesta y una nueva coreografía quise ir más allá de la tradición, como hizo Nureyev. Y aunque creo que es primordial contar el cuento, también puede haber un hilo conductor más fluido desde el punto de vista coreográfico. Quiero decir, no que desarrolle una escena, haya una mímica y vuelta a empezar. Nunca había encarado la puesta de un clásico tan grande como éste, y pensar la coreografía para cuerpo de baile, solistas y primeras figuras tanto tiempo después de haberse estrenado es un desafío fantástico.
¿Cómo reuniste a los bailarines? La base es mi propia compañía, el Ballet Concierto, pero tuve que contratar sesenta bailarines más. Se hizo una audición para gente de aquí y de países limítrofes. Se armó una compañía muy sólida, porque aunque los protagonistas pueden ser la atracción principal, la obra en sí son los bailarines que puedan defenderla. Debutamos en Córdoba la semana pasada, haremos otra función en la ciudad de Posadas y luego estaremos en Buenos Aires.
¿Y hay planeadas otras giras? No. Esta es una puesta enorme, que incluye doscientos artistas entre orquesta y bailarines, y por lo tanto, muy difícil de llevar en gira. En Posadas contamos con un teatro muy grande, con foso para la orquesta y lugar para guardar la escenografía.
¿Cómo se puede afrontar económicamente en forma privada una empresa tan gigantesca? Con las ilusiones de gran soñador que es muchas veces un artista.
Pero los soñadores también necesitan dinero para una empresa de estas dimensiones.
Contamos con el dinero de la taquilla.
Volviendo a "Cascanueces", ¿cuál es el guión sobre el que trabajaste? Tomé el guión más ortodoxo. En él, el personaje de Clarita viaja al reino de los golosinas y se transforma en el hada de ese reino y baila con el príncipe. En la versión inglesa el príncipe baila sólo en los últimos doce minutos; en cambio en mi versión tiene una participación mucho más prolongada.
¿Tenés otros proyectos en el futuro próximo como bailarín o coreógrafo? Nunca planeo demasiado. Como coreógrafo, no sé; me cuesta mucho concebir obras grandes, me lleva mucho tiempo. Y de otros ballets que querría hacer, de otros coreógrafos, es preciso comprar los derechos y esto demanda muchos trámites. Tengo otros proyectos, como viajar en 2012 con la compañía a Canadá. También tendré que bailar en Holanda, porque hace dos años que no voy y espero que no me reclamen todas las funciones juntas. Aunque sí estuve bailando en otros lugares.
Iñaki, tenés tu casa, ensayás y desarrollás prácticamente toda tu vida en La Plata, que es por otra parte tu ciudad natal. ¿Cómo es allí tu actividad cotidiana? Me levanto muy temprano, alrededor de las 7, y como tengo armado en mi casa un set de Pilates, hago una práctica allí, solo, de aproximadamente una hora. A las 11 tomo mi clase de técnica, compartida con la compañía, y a las 13 comenzamos a ensayar hasta las 15; media hora de descanso y retomamos de 16 a 18.
¿Y después? Hago menos cosas; quizá me toca ir al psicólogo o venir a Buenos Aires. En realidad viajo aquí una sola vez por semana y exclusivamente para ver teatro. La vida se ha vuelto desmesurada en la Capital y cuando vengo es para disfrutarla y no para padecerla. A la noche suelo quedarme en mi casa, y a veces invito gente a comer; cocino muy, muy bien y de todo, salvo comida oriental. Soy vegetariano desde hace quince años, hago una cocina orientada a la salud. El día que deje de bailar y ya no necesite tanto mi cuerpo, podré disfrutarlo de otras maneras.
¿Comiendo más? No solamente. Me refiero a tener otro tipo de vida: trasnochar, hacer algún deporte. Me encantaría jugar al tenis, pero tal como es mi actividad hoy no me atrae la idea de correr por una cancha de tenis un domingo, mi único día libre, durante una hora y media.
¿Jugaste al tenis en algún momento? Desde muy chico y me encantaba. Pero no creo que tuviera condiciones para jugar profesionalmente, no me veo.
Antes de comenzar la entrevista, estabas hablando de una biografía de Nijinsky. ¿Te interesa el personaje de este bailarín ya mítico? Me encantaría hacer una obra de danza sobre él. Y también sobre su época, que fue tan importante. Maurice Béjart creó una obra inspirada en Nijinsky y también John Neumeier, que es un coleccionista fanático de cuanta cosa perteneció a Nijinsky.